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McDonald's y un beneficio ilegítimo

Subsidios indebidos para la transnacional de la comida chatarra

McDonald´s es conocida en Uruguay por su política antisindical y de persecución a sus trabajadores, pero ha conseguido que el gobierno subvencione los salarios que paga a jóvenes surgidos de contextos críticos que realizaran su primera experiencia laboral en la firma. El Sindicato Único Gastronómico y Hotelero del Uruguay (SUGHU) criticó fuertemente esa medida.

“El Sindicato quiere promover el empleo juvenil, especialmente para quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad, pero exige que el beneficio de esta iniciativa no vaya a empresas que no tengan convenio, ya que la ley de empleo juvenil está sustentada en un fondo tripartito entre empresarios, gobierno y trabajadores”, dijo Fernanda Aguirre, secretaria general del SUGHU.

El Sindicato considera en ese sentido que no es de recibo utilizar dinero público para pagar parte de los sueldos de una empresa que no tiene acuerdo con el Sindicato.

McDonald’s “se ha negado siempre a aceptar las reivindicaciones de los trabajadores” y en la firma no existe convenio colectivo. No tiene, además, necesidad alguna de que se promueva el empleo juvenil en la compañía porque su mano de obra es ya esencialmente juvenil, y de jóvenes surgidos de medios desfavorecidos.

Se trata -agregó Aguirre– de una empresa “represora, que promueve conductas individualistas, premia la obsecuencia de formas denigrantes y obliga a sus trabajadores y trabajadoras a comer hamburguesas todos los días, por lo que genera enfermedades en jóvenes”.

El SUGHU ha denunciado también a la transnacional por acosar a las trabajadoras de mayor edad de la plantilla, de apenas 24-25 años, a las que trata de “viejas” para que renuncien y no pagarles beneficios sociales.

Dejan a la gente con problemas severos de autoestima y estabilidad emocional”, afirma Aguirre.

El gremio denuncia además que la medida de subsidio fue decidida a espaldas del Sindicato que reúne a los trabajadores y trabajadoras del sector.

 


Caricatura: Allan McDonald’s