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Crece en sus ingresos y en subsidios y derrama pobreza

Las “paradojas” de JBS

¿Casualidad o causalidad? En 11 de los 12 municipios brasileños en que JBS, una de las mayores empresas de alimentación del mundo, dispone de unidades de producción, la pobreza ha aumentado en la última década.

Daniel Gatti

12 | 4 | 2024


Foto: Gerardo Iglesias

El dato surge de una investigación de título bien ilustrativo, Alimentando la desigualdad. Los costos ocultos del monopolio industrial de la carne, elaborada por la socióloga Raísa Pina, de la Universidad de Brasilia,

“La idea fue sacar a luz esa paradoja de que tenemos una de las mayores empresas de alimentación, cuyo eslogan es ‘Alimentando el mundo’, y un aumento del hambre”, dijo Pina, que también es investigadora visitante del King’s College de Londres y del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Oxford, ambos de Gran Bretaña.

JBS es la mayor empresa procesadora de carne del planeta y una de las principales del sector de la alimentación en su conjunto.

Sus ingresos han crecido 303 por ciento en una década, y tiene un apoyo considerable de parte del Estado brasileño: 20,8 por ciento de su capital lo controla el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), que entre 2013 y 2023 le aportó unos 31.000 millones de reales (unos 7 mil millones de dólares).

Sin embargo, ese poderío no se traslada a sus funcionarios ni a los lugares donde se instala.

Más de 100.000 de sus 151.000 trabajadores y trabajadoras son remunerados apenas por encima del salario mínimo, y buena parte de los habitantes de las ciudades en que está instalada cobran el subsidio estatal Bolsa Familia, dirigido a la población más vulnerable.

En una de esas localidades, Goiânia, capital del estado de Goiás, el número de inscritos en Bolsa Familia aumentó 162 por ciento en una década, de acuerdo a datos oficiales. Campo Grande, Andradina y Barra do Garças, otras tres de las 12 en que JBS dispone de frigoríficos, le siguieron apenas por debajo.

Hay que preguntarse, concluyó Pina en declaraciones a la Agencia Pública, “si es válido invertir tanto dinero público en una gran corporación si eso no se traduce en un retorno social”.

La dejó picando, pero la respuesta parece obvia.