El 17 de febrero de 1922 cinco prostitutas decidieron no acostarse con un grupo de militares que venían de masacrar a 1.500 asalariados rurales de la Patagonia, en los confines de Argentina.

El 17 de febrero de 1922 cinco prostitutas decidieron no acostarse con un grupo de militares que venían de masacrar a 1.500 asalariados rurales de la Patagonia, en los confines de Argentina.
Presente y pasado se conjugan en esta crónica sobre la lucha de la dignidad contra la explotación basada en la historia del sindicalista Gerónimo “Pitín” Cáceres, trabajador del quebracho que a los 96 años evoca las epopeyas obreras de décadas atrás.
Si la historia cae en el olvido, el sindicato puede caer en manos ajenas.
Guillermo Chifflet, autor de este artículo, es un querido amigo y compañero desde la oscura noche de la dictadura militar en Uruguay.
Stecsa honra su memoria
Monte y obreros Un mismo final “Allá en el pueblo nos dijeron que era güena la gente, que eran güenos …