coca-espania

Fuenlabrada, reducto de la resistencia

Con Mercedes Pérez Merino
La marcha del conflicto en Coca Cola
Fuenlabrada, reducto de la resistencia
Desde que la única embotelladora de la transnacional refresquera anunció el despido masivo de más de mil trabajadores y el cierre definitivo de cuatro de las 11 plantas que posee en el país, los trabajadores organizados han venido resistiendo a la medida. Las centrales sindicales UGT y CCOO han impugnado el Expediente de Regulación (ERE) de Coca Cola, y los trabajadores de la fábrica de Fuenlabrada, en Madrid, mantienen una lucha numantina por preservar sus puestos de trabajo.
20140319 espania610
Foto: Gerardo Iglesias

La Rel
dialogó con Mercedes Pérez Merino, delegada sindical de CCOO, quien informó sobre los últimos detalles del conflicto, las medidas que vienen tomando los sindicatos, el papel del gobierno y un trasfondo político que puede condenar a la fábrica de la localidad de Fuenlabrada.
 
-¿Cómo sigue la situación de los trabajadores de Coca Cola?
-En Fuenlabrada, Madrid, continuamos en resistencia, permanecemos en huelga indefinida.De las cuatro plantas es la única donde la mayoría de los trabajadores no acató el retiro “voluntario” propuesto por Coca Cola, y es la primera que quiere cerrar la empresa.

Estamos en las calles denunciando los despidos y el maltrato por parte de esta compañía, que está muy mal acostumbrada a pagar para callar.

Nuestra lucha ha llamado la atención de la opinión pública a tal grado que, según datos de la propia gerencia comercial, el consumo de Coca Cola en el país ha disminuido un 52 por ciento, sobre todo en un segmento muy peligroso para la marca que es el de niños y jóvenes, es decir los futuros consumidores.

La piedra en el zapato de Iberian Partners
-¿Por qué afirmas que Coca Cola quiere cerrar la planta de Fuenlabrada?
-Esta planta tiene la particularidad de ser una de las más grandes de la compañía en España.

Tiene una capacidad de producción de 140 millones de cajas por año y es la que posee el mayor adelanto tecnológico y personal calificado, lo que conlleva a que sea la que ofrece mejores salarios.

A pesar de haber llegado al número de retiros que pretendía e incluso de haberlo superado (1.600 trabajadores se sumaron al plan de retiro) en las plantas de Alicante, Palma de Mallorca y Asturias, la transnacional insiste en cerrar la fábrica de Madrid.

Lo que Coca Cola manifiesta públicamente es que, con el cierre de plantas, quiere obtener 23 millones de euros más que el año pasado, donde obtuvo utilidades por 900 millones.

Por otro lado, sabemos que han invertido 40 millones de euros en las agencias informativas para promover una campaña contra los trabajadores que todavía resistimos el cierre. Todo esto –como mínimo– resulta muy paradójico.

Moneda de cambio
-¿Y el gobierno, continúa omiso?
-La situación es bastante compleja, porque creo que la decisión de Coca Cola no es sólo comercial, sino que tiene también un trasfondo político.

Los propietarios de la embotelladora son de origen catalán y tienen un enfoque ultranacionalista que promueve la separación del Estado español. Además, uno de los vicepresidentes de Convergencia y Unión -federación de partidos impulsora del nacionalismo e independentismo- es accionista de la embotelladora.

Para el gobierno de Mariano Rajoy se trata de una papa caliente, y las plantas de Coca Cola están siendo usadas como moneda de cambio para resolver este asunto.

La solidaridad trasciende fronteras
-¿Qué opinas de las movilizaciones de solidaridad con vuestra lucha que se están realizando en América Latina?
-Estoy profundamente agradecida. Eso nos da mucha esperanza y envía un gran mensaje a estas compañías, porque no pueden hacer lo que se les antoje con los trabajadores, ni pueden, de un día para el otro, destruir puestos de trabajo.

Como en otras épocas y en otras batallas contra este gigante, daremos pelea. Si Madrid no produce, Madrid no consume.