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Con José Delfín Silva Triviño

“Estamos constantemente expuestos a la contaminación y Brinsa nunca nos dijo nada”

Trabajador de la empresa desde hace 21 años, José contrajo una enfermedad profesional en 2009 por su constante exposición a altas dosis de mercurio. Desde entonces debe luchar para que la compañía asuma su responsabilidad por las pésimas condiciones en que labora el personal.

“Me contaminé con vapores de mercurio. En la empresa se trabajaba con aproximadamente 50 toneladas de mercurio evaporándose a 80 °C.

A raíz de eso, en 2009, a varios trabajadores la ARL SURA nos dictaminó enfermedad profesional. La empresa no nos daba los elementos de seguridad adecuados”, comienza diciendo el trabajador.

-¿Con qué protección contabas?
-Con una mascarilla para cloro mercurio, pero eran usadas por otros trabajadores. Nos daban guantes, overol y casco, pero teníamos contacto directo con el mercurio.

El mercurio, al evaporarse, ingresa al cuerpo por los poros de la piel y del cuero cabelludo. Por eso la contaminación. Como sólo nos daban máscaras, el resto del cuerpo estaba expuesto y estaba absorbiendo contantemente.

Desde que se me dictaminó enfermedad profesional, hace una década, mi salud se ha deteriorado. Se han visto afectados mis sistemas óseo y nervioso, y a pesar de ello la compañía trató de cambiar las restricciones de trabajo que me habían concedido. Mi condición de afiliado sindical me ha protegido.

Ochenta años

Brinsa lleva desde los años 1940 trabajando con mercurio. La contaminación por ese metal es algo muy callado en Colombia.

-¿Sigues trabajando con mercurio?
-La tecnología la cambiaron a raíz de la fuerza que tenía el sindicato en 2013, pero sigue habiendo mercurio en las instalaciones debido a la cantidad enorme que se manejaba.

La nueva tecnología la montaron sobre la misma área donde estaba el punto contaminante, una incongruencia.

-¿Cuántos trabajadores resultaron contaminados y qué ha pasado con ellos?
-Entre 12 y 14. Uno murió de un ataque dentro de la empresa por causa que no se determinó, otros se fueron.

Abandono

El abandono en que nos dejan es algo tremendo. Al comienzo, hubo una doctora que colaboró bastante con nosotros, pero por eso mismo la despidieron.

Ella nos entregó copia de la historia clínica a los trabajadores afectados por mercurio y una de las cosas que me parecen curiosas es que la mía no tiene más de 17 páginas, cuando la que me habían entregado en 2011 tenía unas 80. No sé de qué forma habrán manipulado mi historia clínica en la empresa.

-La contaminación no es sólo de los trabajadores.
-Claro, también del medio ambiente. Brinsa está ubicada cerca del río Bogotá, a unos 300 metros. Los vapores de mercurio, ¿a dónde van?

Son 50 toneladas en constante ebullición desde hace ochenta años.

Brinsa, además de mercurio, maneja muchos otros químicos, como soda, ácido clorhídrico, cloro, así que imagínate el panorama.

 


En Bogotá, Alexandra Muñoz