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Con Roxana Yuco Tibosa

“Yo entro, me capacito, aprendo y me defiendo”

Roxana es ingeniera química, egresada de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno y dirigente del Sindicato de Trabajadores de Embol SA- Santa Cruz. Conversó con La Rel en ocasión de la asunción de la junta directiva de la Intersindical de Trabajadores de Coca Cola de Bolivia y en la entrevista abordó el rol de la mujer dentro del sindicalismo de su país y del machismo que aún impera en el ámbito laboral.

-¿Cuánto hace que trabajas en Embol?
-Llevo 8 años en el laboratorio de producción de la fábrica de Coca Cola en Santa Cruz de la Sierra.

-¿Hay pocas mujeres como en toda industria?
-Sí, somos pocas. Actualmente somos 15 mujeres en Embol Santa Cruz, que es una de las compañías más grandes.

-¿Cómo es su situación dentro de la empresa?
-Existe discriminación, piensan que por ser mujer una desconoce las tareas y siempre se da preferencia a un hombre.

En la sociedad la discriminación va desde los típicos comentarios: “cuidado que está conduciendo una mujer”, hasta el acoso moral, independientemente del nivel de formación que tengas.

Yo soy ingeniera química, trabajo como analista de calidad en el área de Laboratorio de Producción, y no estoy exenta de esa discriminación diaria.

-¿Qué te motivó a ser parte del sindicato?
-Situaciones que se dieron en mi ámbito laboral. Varias veces vi llorar a mis compañeras porque se las humillaba, les decían que no sabían, que no podían, aun siendo profesionales a todas se nos decía que no servíamos. Ese fue el principal motivo para afiliarme al sindicato.

En el área del laboratorio somos mayoritariamente mujeres y me molestaba el abuso, así que dije “yo entro y me capacito, aprendo y me defiendo”.

Gracias a las capacitaciones que me ofreció el Sindicado he ayudado a mis compañeras. El área del laboratorio ya no es como era antes, porque no teníamos esa fuerza.

Hostigamiento generalizado

-¿La empresa en algún momento intentó corregir eso?
-Muchos no se animan a denunciar estas cosas. Luego que otra compañera y yo ingresamos al sindicato comenzamos a descubrir que no solo las mujeres sufríamos este tipo de abusos, también los compañeros varones eran hostigados.

Cuando vieron que con acciones del sindicato podíamos cambiar la realidad nos apoyaron.

Respaldados en el sindicato, tuvimos fuerzas para frenar esas conductas contra nosotras las mujeres.

Históricamente el personal del laboratorio es más afín a la empresa. Por eso, que nosotras nos hayamos afiliado al gremio llamó la atención de muchos acá. Yo ingresé después que fui mamá.

-¿Tu compañero te apoyó en la decisión de ingresar al sindicato?
-La verdad muy poco al principio. Me decía que qué hacía allá en las marchas, las huelgas.

“Te va a pasar algo”, me decía. Pero me gusta formar parte del sindicato, defender a la gente y transmitir lo que aprendo, para eso estoy acá, incluso a él mismo lo he ayudado.

-¿Él trabaja también en la empresa?
-No, también es ingeniero químico, pero la realidad laboral de su empresa no dista mucho en cuanto a derechos.

-¿Cómo ves el sindicato? ¿Está avanzando como organización?
-En estos tres años que llevo, veo que está bien parado. No nos dejamos estar, siempre tratamos de buscar soluciones, caminos que mejoren la calidad de vida de los obreros y obreras.

He participado de varias reuniones y en Bolivia hay pocos dirigentes y menos aún mujeres dirigentes.

Hay compañeras de base que van a las mismas capacitaciones que voy yo, y no cuentan con el respaldo de sus organizaciones como lo tenemos nosotras en nuestro sindicato.

La importancia de la formación

-Con estas capacitaciones, ¿notas que la mujer se va superando?
-Sí. Yo me he superado intelectualmente con el tema de los derechos laborales, he aprendido mucho sobre mis derechos, cosas que no sabía, que tenía que someterme a lo que la empresa o los jefes decían.

Tenemos tantos derechos para poder aplicarlos, es bueno que la gente de las base lo sepa y como dirigentes es nuestro deber transmitirlos.

De a poco uno pierde el miedo, cuando empecé en el sindicato, todos los jefes me atacaron, me querían sacar de mi área, pero mis compañeros me alentaron, siempre al comienzo es así, lo aprendí y ahora estoy tranquila porque respetan mi área, le he dicho a mi jefe, siempre voy a estar aquí velando por mis compañeros y compañeras porque soy la vocera.

Si ellos me necesitan aquí estoy, yo los voy a apoyar mientras se hagan las cosas bien.

-¿Qué piensas de la idea instalada que se tiene de que el sindicato es cosa de hombres?
-Todavía existe mucho machismo que enfrentar y superar.

Acá estamos en pañales en este aspecto. Les pediría ayuda a las mujeres trabajadoras para unirnos más, en el trabajo hay hombres y mujeres y todos nos necesitamos.

Y las mujeres han demostrado ser más fuertes, más guerreras.

Cuando nos proponemos algo luchamos hasta lograrlo, nos defendemos y a los demás también.

Me alegro de pertenecer al sindicato.


En Santa Cruz, Gerardo Iglesias