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Luego de la pandemia

¿Habrá una «nueva realidad» para los trabajadores?

Mucho se viene hablando de que cuando pase la pandemia habrá un antes y un después para el mundo en lo económico, social y político, pero muy poco se habla si habrá un antes y un después para los trabajadores, trabajadoras y sus sindicatos.
Foto: Gerardo Iglesias

La pandemia ya ha provocado millones de nuevos desempleados en todo el planeta. En un comunicado de prensa del pasado 29 de abril, la OIT afirma que a causa del Covid-19 se están perdiendo billones de horas de trabajo, equivalentes a la desaparición de 1.600 millones de empleos en la economía informal, afectando casi a la mitad de la población activa mundial.

Empleo: principal víctima del Covid-19

«Estos trabajadores corren el peligro inminente de ver desaparecer sus fuentes de sustento», dice la OIT. Solo en Estados Unidos, la economía más grande del mundo, 36,5 millones de trabajadores han pedido su seguro de desempleo.

En febrero pasado el desempleo en ese país era el 3,5 por ciento, el registro más bajo en 50 años según el Departamento de Empleo, pero en abril el paro se había disparado a 14,7 por ciento.

El impacto laboral por el Covid-19 es superior al provocado por la crisis financiera de 2008-2009: según la OIT, en aquella época se perdieron más de 12 millones de empleos, mientras que, según el observatorio de esa entidad sobre la pandemia, solo en el segundo trimestre de este año se destruyeron 195 millones de empleos a tiempo completo, y aún faltan otros dos trimestres para completar el año.

Los sectores más golpeados son el turismo, la hotelería, la restauración, la manufactura y el comercio.

«Para millones de trabajadores, la ausencia de ingresos equivale a ausencia de alimentos, de seguridad y de futuro (…) A medida que la pandemia y la crisis del empleo evolucionan, más acuciante se vuelve la necesidad de proteger a la población más vulnerable», ha dicho Guy Ryder, director general de la OIT.

La «nueva pobreza»

Estas palabras ante una crisis tan dramática y brutal nos indican que lo peor está por venir: antes del Covid-19 había 1.300 millones de pobres en el mundo, y según estimaciones del Banco Mundial se sumarán entre 40 y 60 millones de nuevos pobres a causa de la pandemia.

La pandemia golpea durísimo a los trabajadores y trabajadoras, pero también a sus sindicatos, aislados de sus bases debido al confinamiento, las suspensiones de empleos y cierres de empresas.

Sin embargo, hay compañeras y compañeros que continúan laborando en medio de la pandemia: son los que se desempeñan en los servicios esenciales, así como en la producción de alimentos y bebidas, trabajadores de la salud, del sector agrícola y otros.

La lucha de clases y la pandemia

A pesar de que el mundo atraviesa una emergencia sanitaria, las transnacionales y muchos gobiernos no cesan en su afán de lucro y represión contra los trabajadores, antes bien, aprovechan «la oportunidad» para profundizar su política de desmantelamiento de las organizaciones sindicales, despidiendo a líderes, dirigentes y trabajadores organizados.

Por tanto, ¿qué les puede esperar a los trabajadores y sus sindicatos en la «nueva realidad»? Al parecer, más de lo mismo. Y seguramente será igual o peor que en la crisis de 2008, cuando los trabajadores y las trabajadoras fueron los que pagaron la quiebra de los bancos con más explotación laboral, reducción de salarios, desmejora en las condiciones de trabajo y reformas a las legislaciones laborales para desregular y flexibilizar las jornadas de trabajo, acentuando los niveles de explotación.

Los valores no se enferman…

En medio de la pandemia, nuestra internacional UITA está enfrentando la arremetida de las empresas y los gobiernos; no hemos abandonado en ningún momento nuestras actividades permanentes y transversales, y seguimos con las campañas de solidaridad con trabajadores despedidos, reprimidos y explotados.

Ha continuado la denuncia internacional permanente contra los abusos de las transnacionales, en defensa de los derechos humanos y los pueblos oprimidos por gobiernos dictatoriales, abordando la problemática del medio ambiente (que la pandemia se tragó), en la lucha y denuncia permanentes contra el uso de los agrotóxicos que afectan la salud pública y en solidaridad con los colectivos LGBTI y de género.

La UITA y nuestra Regional no han cesado en su compromiso constante reclamando mejores condiciones en materia de seguridad y salud laboral, así como en su preocupación por la salud de los dirigentes sindicales que han padecido el Covid-19, como María Tafur, secretaria general adjunta de la Federación Nacional de Trabajadores del Sector Alimentos, Bebidas y Afines del Perú, y Carlos Luch, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Embotelladora Central SA (STECSA), de Guatemala.

Nuestras organizaciones participan en actividades de solidaridad para combatir la pandemia, como es el caso del Sindicato de la Industria del Hielo y Mercados Particulares de Argentina (STIHMPRA), que firmó un acuerdo con las Cámaras del Frío y del Mercado para que sus afiliados recuperados del Covid-19 pudieran disponer de tiempo libre con el fin de donar plasma para el tratamiento de los enfermos de Covid-19.

Otros sindicatos participan de diversas actividades solidarias en la lucha contra el Covid-19 y el hambre que azota la región, al tiempo que enfrentamos y denunciamos los atropellos a los trabajadores agrícolas migrantes en Costa Rica y la situación de los frigoríficos en Brasil que son verdaderos focos de contaminación y violación de derechos humanos.


En Managua, Marcial Cabrera