Sin embargo, no ganan lo suficiente para alimentarse adecuadamente ellos mismos y sus familias y soportan inseguridad alimentaria crónica.
Este 16 de octubre, Día Mundial de la Alimentación, la UITA insta a un enfoque sindical basado en los derechos humanos para que trabajadoras y trabajadores de este sector sean la base de las políticas mundiales de seguridad alimentaria.
Deben ser reconocidos como fundamentales para la seguridad alimentaria mundial y para que haya cadenas de suministro de alimentos resilientes.
Deben gozar de los mismos derechos laborales y humanos que la población trabajadora de la industria y el comercio.
“La pandemia de Covid-19 ha confirmado que trabajadoras y trabajadores agrícolas y alimentarios son esenciales, pero que son al mismo tiempo tratados como prescindibles”, consideró Anja Westberg, presidenta del Grupo GPTA de la UITA.
“La pandemia tiene que constituir un punto de inflexión. No debemos volver a las malas condiciones de vida y de trabajo ni al empleo precario, como antes de la pandemia”, agregó.
En el mismo sentido, el relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, Michael Fakhri, instó a “priorizar siempre el sustento y el bienestar de las trabajadoras y los trabajadores agrícolas y alimentarios y tratarlos como lo esenciales que son”.