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Ante la desaparición física de Gastón Alejandro Estrella
“Se fue un loco lindo”
Gerardo Iglesias
Foto: Gerardo Iglesias
“La vecindad del Chavo” marcó su vida desde niño, marcó toda su vida, pues Gastón nunca dejó de ser niño, nunca dejó de reírse y hacer reír.
Cuando el coronavirus comenzó a diseminarse y el hambre se transformó en la pandemia más mortífera, él entendió con su familia que algo debían hacer en la empobrecida zona de Gregorio de La Ferrere, en la provincia de Buenos Aires. Así nació la olla popular y el merendero “La vecindad del Chavo”.
“Lo hacemos de corazón y a pulmón. Nosotros compramos cosas como la garrafa para cocinar, utensilios, condimentos, todo para que el plato salga como si estuviésemos comiendo con la familia. De ahí «La vecindad del Chavo”, nos contaba Gastón orgullosamente.
Gastón participó activamente de las capacitaciones que la Federación de Panaderos y la Rel UITA organizaron desde 2004. Por aquel entonces era un activista y llegó −sin prisa y sin pausa− a la secretaría de Finanzas de la Unión Personal de Panaderías y Afines de Capital Federal.
Él era panadero por partida de nacimiento. Un dirigente auténtico, genuino, a quien nadie le regaló nada. Gastón llegó al gremio desde el horno de la panadería y a la dirección del sindicato con el respaldo de la vecindad de los obreros que amasan desde mucho antes que el sol se filtre por los rincones de la cuadra.
El “Flaco” Daniel me contó llorando de su fallecimiento el pasado martes. “Se fue un loco lindo”, sentenció emocionado. Gastón tenía 42 años.
“Síganme los buenos”, vociferaba el Chapulín Colorado. Gastón se fue rodeado de gente buena y será recordado por siempre por los panaderos de ley. Se fue posicionándose con los buenos, con la gente noble, los cercanos, los rebeldes, los de la vecindad.
Que la luz acompañe tu viaje y tu sonrisa no se apague nunca.
¡Eso, eso, eso!