A medida que se sale de la pandemia, no puede haber duda de que proteger la salud pública es una prioridad absoluta. Esto no solo significa construir sistemas de atención médica pública mejores, más accesibles y asequibles, sino también mejorar drásticamente las regulaciones de salud y seguridad ocupacional para garantizar lugares de trabajo más seguros para los trabajadores y trabajadoras.
