Raúl Zibechi

El irresistible retorno de los militares

“Bolsonaro no gobierna más y Brasil vive una desobediencia civil”, escribió el columnista Merval Pereira en la edición del 26 de marzo del diario O Globo. No es cualquier periodista ni cualquier medio. Perteneciente a la cadena Globo, O Globo es el diario de mayor circulación de Brasil y Pereira es uno de los periodistas más cercanos a la familia Marinho, propietaria de la cadena.

La infinita solidaridad entre los de abajo

Huelgas obreras, solidaridad popular en los barrios y cacerolazos, son algunas de las manifestaciones del pueblo italiano contra el modo como el gobierno impuso la cuarenta a todo un país, que los grandes medios silencian y ocultan para seguir inoculando miedo y subordinación.

Crisis humanitaria y parálisis del Estado

Los asesinatos de la niña Fátima, de siete años, y de la joven Ingrid, el 11 y el 9 de febrero en Ciudad de México, desbordaron el vaso de la indignación en una sociedad cansada de guerra contra las mujeres, los pueblos originarios y los sectores populares.

Armas contra los pueblos

¿Para qué quiere un ejército cien mil bombas lacrimógenas, setenta mil cartuchos con balas de goma, mil escopetas para disparar esas balas y mil doscientas máscaras antigás? Además de esas compras, el Ejército ecuatoriano tiene previsto adquirir 3.000 escudos y 3.753 trajes antimotines conocidos como “robocops”.

(Ausencia de) Autocrítica

La autocrítica es el diván de los movimientos populares. Es la única posibilidad que tenemos de aprender y de corregir rumbos. Es el momento de mirarnos colectivamente, sincerarnos y sacar cuentas de aciertos y errores. Pero es un ejercicio en extinción, quizá porque en cierto período abusamos o usamos la crítica para destriparnos, para enfilar la bronca contra los compañeros, en vez de hacerla de ida y vuelta: crítica atada a la autocrítica.