Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), en lo que va del año se han producido seis masacres, es decir el asesinato de al menos tres personas en un mismo hecho.
También fueron ultimados 14 líderes sociales y cinco firmantes de la paz, continuando con el goteo de muertes de dirigentes y militantes populares.
Colombia fue el año pasado, de acuerdo a las Naciones Unidas, el país latinoamericano con mayor número de asesinatos de defensores de los derechos humanos.
Entre enero y junio de 2020, esas muertes –todas ellas relacionadas con conflictos por la tierra y la resistencia a proyectos mineros, y no con el narcotráfico– aumentaron en 61 por ciento en relación al mismo lapso de 2019 y tuvieron lugar en 22 de los 39 departamentos, es decir en casi todo el país.
Naciones Unidas contabilizó en total, en ese año, 66 masacres, con 255 personas muertas.
Líderes de las antiguas FARC, que este domingo cambiaron de nombre a su formación y la rebautizaron como Partido Comunes, denunciaron que desde que se firmó la paz 250 de sus militantes fueron asesinados.