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Con Maikol Hernández

El juego sucio de las empresas agroindustriales

La semana pasada, la secretaria general del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Palma (Sitrapa), Dania Obando, lanzó un nuevo grito de alerta por la grave situación a la que se enfrentan trabajadoras y trabajadores de la empresa Palma Tica (Grupo Numar). Sobre esta situación, La Rel conversó con Maikol Hernández, secretario general de la Fentragh.

Giorgio Trucchi | Rel UITA

29 | 04 | 2022


Maikol Hernández | Foto: Giorgio Trucchi

En la agroindustria costarricense, las empresas han venido desarrollando y consolidando una serie de estrategias antisindicales, como por ejemplo la creación de asociaciones solidaristas y comités permanentes.

El objetivo es desplazar a las organizaciones sindicales, suplantar la negociación colectiva y mantener a los trabajadores ‘bajo control’, minimizando de esta manera la demanda de mejores condiciones laborales y salariales.

El uso de sindicatos paralelos afines a la empresa para obstaculizar el trabajo de afiliación sindical es otra de las estrategias implementadas por las patronales.

“Quienes deciden organizarse en sindicato se enfrentan a fuertes medidas de represalia. Las empresas, en especial las transnacionales, arremeten con más fuerza contra los dirigentes, quienes, por su ‘atrevimiento’ son perseguidos, colocados en las labores más difíciles, castigados, despedidos, puestos en listas negras”, explicó Hernández.

Arremeten contra Sitrapa

Desde su constitución, el Sitrapa ha sufrido una feroz arremetida de parte de la patronal.

A través de un sindicato amarillo, la empresa aprovecha la necesidad de los trabajadores y los convence a desafiliarse a cambio de ayudas económicas o préstamos.

El objetivo es desfinanciar y desmovilizar al sindicato obrero.

Otra estrategia que denuncia Sitrapa es el uso de médicos de empresa, cuyo verdadero rol no es el de cuidar la salud del trabajador, sino minimizar los accidentes laborales y así evitar que los casos lleguen al seguro social.

De esta manera, la empresa reduce los costos de las pólizas de riesgo trabajo.

“Trabajadores y trabajadoras se convierten en simple mercancía, desgastados, lesionados, enfermos. Y lo peor es que las autoridades del trabajo saben lo que pasa en estas empresas y siempre se hacen de la vista gorda”, lamentó Hernández.

Lo que sufren las mujeres

La situación quizás más escandalosa en Palma Tica es la que viven las mujeres trabajadoras.

Dania Obando denunciaba lo que sufren por la falta de voluntad de la empresa para instalar servicios sanitarios en el campo, garantizar medidas mínimas de higiene, establecer áreas donde ingerir alimentos y repararse en caso de tormentas.

“Hay normas que obligan a las empresas a garantizar ciertas condiciones en materia de salud laboral, sin embargo, parece que a Palma Tica no le importa. Es vergonzosa la situación en que son obligados a trabajar”, explicó el secretario general de Fentragh*.

Finalmente, Hernández señaló graves anomalías en la fijación del salario por parte de la empresa. También en este caso, las autoridades laborales brillan por su ausencia.

“Ponen metas de producción y tarifas a como les da la gana. Los trabajadores llegan agotados al final del día. A veces, ni siquiera logran cumplir con la tarea encomendada.

Es una verdadera autoflagelación que deja al trabajador con su físico debilitado, para poder ganar un poco más y así sustentar sus necesidades básicas”.

Desenmascarar a los culpables

Ante esta situación, Fentragh y Rel UITA están planificando una serie de acciones para acompañar al Sitrapa en esta lucha por la defesa de la libertad sindical y los derechos de las y los trabajadores.

“Durante casi tres años hemos venido denunciando lo que estaba pasando y nadie nos hizo caso. Estamos dispuestos a negociar, pero también estamos listos para la lucha.

Vamos a exigir que las nuevas autoridades nacionales actúen. No vamos a permitir que la empresa y sus testaferros desarticulen un sindicato que tanto sacrificio, compromiso y entrega ha costado”, concluyó Hernández.