El hombre más rico del mundo compró recientemente la red social y apenas asumió anunció el despido de prácticamente la mitad de sus empleados en todo el planeta.

Los trabajadores y las trabajadoras se enteraron por correo electrónico, por mensajes individuales, de que ya no tendrían más empleo.

Esa metodología, el magnate, que se jacta de hacer lo que quiere con su personal, financia guerras, expolia países, la empleó globalmente.

Pero en países como los europeos, que tienen una legislación laboral bastante más avanzada que otros, le dijeron “así no”.

En España, las centrales sindicales UGT y Comisiones Obreras anunciaron acciones legales contra el patrón de Twitter.

“En nuestro país debe hacerse como despido colectivo, requiere abrir periodo de consultas, negociar 15 días y comunicarlo a la autoridad laboral. No hacerlo así convierte los despidos en nulos”, comentó un dirigente de UGT.

“Los derechos laborales los tienen que cumplir todas las empresas. Acabar con los abusos de las transnacionales que vienen, cobran ayudas públicas y se van dejando tirados a trabajadores y trabajadoras es fundamental”, dijo otro gremialista.

Y comentó que en España y el conjunto de la Unión Europea los despidos colectivos están sometidos a “una serie de requisitos formales y garantías”.

La idea de Musk sería suprimir la filial española de la red social y trasladarla a Irlanda, donde los impuestos a pagar son mucho menores.

Sin embargo, en el afán de mejorar los resultados de la empresa, el objetivo era despedir, sin siquiera considerar el impacto que esto tendría en el negocio.

Las reacciones negativas no se hicieron esperar en todo el mundo. Y fue por esta razón que esta semana Twitter comenzó a recontratar a las personas despedidas.

En la misma senda que Musk, recientemente trascendió que Mark Zuckerberg ya tiene definido despedir a cientos de trabajadores de Meta Platforms Inc., la empresa propietaria de Facebook.

Es el capitalismo, estúpido o será el capitalismo estúpido.