-¿Cuál es tu opinión sobre la propuesta del Ejecutivo?
-El problema central es que tenemos información -de fuente muy confiable- de que el Departamento de Estado de Estados Unidos reconoció a Juan Orlando Hernández con la condición de que convocara a un diálogo nacional, se sobreentiende que para legitimar a su gobierno.
Ante esa situación, y viendo todo lo que ha estado sucediendo en el país, como Convergencia Contra el Continuismo estamos en contra de ese supuesto diálogo, porque entendemos que es una fantochada con propósitos más alineados a los de la embajada de los Estados Unidos.
Los problemas que tenemos en el país, de corrupción, de impunidad, de explotación del trabajo, de compañeros que están presos, de compañeros asesinados, violaciones a los derechos humanos, atentados contra la vida y los recursos naturales por medio del modelo neoliberal, son problemas estructurales, que no se resuelven con una platiquita.
-¿Qué plantea la CCC para superar esta situación?
-Fundamentalmente un orden constitucional nuevo, porque aquí, a partir de 2009, se rompió la Constitución de la República a través de un golpe de Estado y hoy, con el proceso electoral de noviembre del año pasado, se dio otro golpe por la vía electoral.
Entonces hay que restituir la institucionalidad. Para eso hay que buscar los mecanismos más efectivos y consensuados, pero que sea un consenso verdadero y legítimo, no lo que se plantea con este llamado “diálogo”.
-¿Un mecanismo sería convocar una Asamblea Nacional Constituyente?
-Sí, ese es uno de los propósitos de la CCC, pero para llegar a una Constituyente no podemos partir de la realidad actual de Honduras.
Necesitamos por la vía del consenso llegar a una nueva institucionalidad a través de una Constituyente.
Puede haber varios caminos para eso, lo importante es ponerse de acuerdo sobre cuál es el camino a seguir.
-Lo que está claro es para llegar a esos consensos hay que mostrar organización, fuerza y movilización
-Claro, porque los procesos sociales sólo avanzan a través de la confrontación y la negociación, no solo por obra y arte de una ley.
En las circunstancias actuales lo que tenemos que hacer es fortalecer al movimiento popular para que haya una nueva correlación de fuerzas y obligar a que estas cosas se den, porque la vuelta a la institucionalidad no nos va a caer del cielo.
-Por otro lado se supone que el diálogo lo entablan los defensores de los intereses del pueblo, pero el pueblo no está en esa mesa, no hay nadie que represente a los intereses de los trabajadores ni de los defensores del medio ambiente y de los bienes comunes.
-Por eso decimos que el problema que tenemos es estructural. No se puede resolver con un pseudo diálogo entre dirigentes que dicen ser y representar al pueblo hondureño, pero esa no es la realidad.
Este supuesto diálogo nacional es para intentar legitimar el régimen actual y seguirle dando vida.