Las consecuencias del uso indiscriminado de antimicrobianos en animales
Si de aquí a 2050 no hubiera un cambio en la utilización de antimicrobianos habría más muertes causadas por medicamentos que por cáncer, establece un estudio científico.
Daniel Gatti
2 | 2 | 2024
Foto: Gerardo Iglesias
La investigación, llevada a cabo por Protección Animal Mundial (PAM) en asociación con la universidad italiana de Boloña, señala que 80 por ciento de los remedios usados en aves, puercos, bueyes, e incluso peces, tienen como objetivo inducir su crecimiento, y no tratar sus enfermedades.
“Es un resultado alarmante. El principal uso es para aumentar la productividad, no para curar animales enfermos”, comentó al diario brasileño Folha de Sao Paulo Karina Ishida, coordinadora de Campañas de Sistemas Alimentarios de PAM.
El estudio fue elaborado entre 2018 y 2020 en base a datos de 30 países integrantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
“Criados en espacios exiguos, hacinados y muchas veces sin ver jamás la luz del día”, esos animales transcurren su corta vida con “un alto grado de estrés crónico”.
Pierden así inmunidad, lo que los hace más propensos a infecciones, como enfermedades respiratorias y diarreas. Para evitar que las contraigan y que, si las contraen, las propaguen, es que se les administra cantidades inadecuadas de antibióticos de manera preventiva.
Los animales así tratados desarrollan sin embargo una resistencia a los antibióticos que revierte en el medio ambiente por ejemplo a través de las heces, que por un lado contaminan cursos de agua y por otro son utilizados como abono, llegando a vegetales de consumo humano.
“Si no se diera una profunda reversión del uso de estos antimicrobianos tendríamos en 2050 más muertes por infecciones causadas por bacterias que por cáncer”, dijo Evaldo Stanislau, infectólogo del Hospital de Clínicas de Sao Paulo.
“Es como volver a la Edad Media. Tenemos equipamientos médicos modernos, pero morimos por enfermedades como esas”, señaló.
El estudio reclama que la salud sea manejada como una unidad que involucra a animales, humanos y medio ambiente.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en 2019 murieron en el planeta más de 1,3 millones de personas por causas atribuibles a la resistencia antimicrobiana.
En su XVI Conferencia Regional, realizada el año pasado en Sao Paulo, la Regional Latinoamericana de la UITA abordó este tema como uno de los más preocupantes de la actualidad para la salud y la seguridad laborales en los sectores de las granjas y los mataderos.
Los trabajadores y las trabajadoras de esas actividades “están en grave riesgo de exposición a microorganismos ultrarresistentes, y pueden convertirse en portadores de estos peligrosos microbios”, destacó una de las resoluciones del encuentro.
Sin embargo, más que preocuparse por esa situación, las empresas que emplean a esos trabajadores y trabajadoras los culpan a ellos de la propagación de los contagios.
“Es el lugar de trabajo el que contamina al trabajador, y no al revés”, decía la resolución.
Y proponía medidas para abordar el problema, entre ellas “desarrollar campañas de sensibilización pública sobre la necesidad de prohibir el uso innecesario de antibióticos en la cría de animales”.
Y también “insistir en el enunciado de que los lugares de trabajo inseguros producen alimentos inseguros y que no podemos proteger la integridad de los alimentos que consumimos, sin proteger a los trabajadores y trabajadoras que los producen”.
NdE: agradecemos a Sandro Sardá el envío de insumos.