El 30 de junio del 2016, un grupo de trece trabajadores de Bimbo de Centro América SA decidió organizarse. En menos de cuatro horas todos fueron despedidos.
Pese a la represión, el 26 de julio un centenar de trabajadores decidieron retomar la iniciativa y presentaron ante el Ministerio del Trabajo y Previsión Social (Mintrab) toda la documentación necesaria para la creación del sindicato.
Sin embargo, algo que por ley debería tardar no más de 20 días hábiles se convirtió en una larga odisea que, finalmente, llegó a su fin el pasado 12 de octubre cuando el sindicato obtuvo su personería jurídica.
La larga espera, unido a la incertidumbre generada por la indolencia de las autoridades del trabajo, dieron a la transnacional mexicana la oportunidad de desencadenar una feroz persecución.
En poco más de dos años, Bimbo de Centroamérica despidió a más de 500 trabajadores ‘culpables’ de haberse organizado o simplemente de simpatizar con el sindicato.
Para frenar la brutal ofensiva antiobrera, Sitrabimbo introdujo varias demandas ante los tribunales del trabajo, exigiendo la reinstalación de los trabajadores y trabajadoras injustamente e ilegalmente despidos.
A pesar de que todas las sentencias fueran favorables y que los jueces instaran a la empresa a reinstalar a cientos de trabajadores y trabajadoras, Bimbo de Centroamérica sigue negándose a cumplir las órdenes judiciales.
En diferentes ocasiones Sitrabimbo ha señalado el comportamiento cuanto menos complaciente tanto del sistema de justicia, que no sanciona con fuerza la renuencia de la patronal, como de las autoridades del trabajo.
“La documentación que entregamos hace más de dos años fue engavetada por la antigua ministra del Trabajo y fue sólo después del cambio de autoridades, hace dos meses, que pudimos quedar legalmente constituidos”, dijo a La Rel, Jorge Ramos, secretario general del Sitrabimbo.
“Esto nos fortalece, crea más confianza y va a dar más impulso a nuestro trabajo. Ya hay varios compañeros que están llamando y que se están acercando al sindicato”, agregó.
Ramos explicó que, lamentablemente, la panificadora más grande del mundo sigue mostrando desprecio por el sistema de justicia nacional y las leyes.
“Tenemos 11 demandas en los tribunales del trabajo y todas las hemos ganado. Pero a Bimbo no le importa y sigue incumpliendo las resoluciones judiciales.
Además no ha parado su estrategia intimidatoria para que nuestros afiliados y simpatizantes renuncien al sindicato”, manifestó el secretario general del Sitrabimbo.
Ramos agradeció a la Rel-UITA por el constante apoyo recibido y aseguró que van a seguir luchando.
“Ahora estamos más fuertes. Más temprano que tarde la empresa tendrá que reconocer al sindicato y deberá aceptar sentarse con nosotros a negociar”, concluyó.