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Con Mery Cahueñas

Las flores del mal

Mery Cahueñas es secretaria general del comité de trabajadores de empresa en Florequisa, compañía líder del sector florícola ecuatoriano. En julio del año pasado presentaron la documentación necesaria para negociar el nuevo contrato colectivo. El silencio de la empresa es absoluto

Giorgio Trucchi 

03 | 06 | 2022


Foto: Comité de Trabajadores de Empresa Florequisa

“Tengo 21 años trabajando dentro de las fincas y el sindicato tiene 35 años de vida, y no recuerdo una situación igual como la que estamos padeciendo en el último año y medio”, dijo a La Rel, Mery Cahueñas.

“Tenemos 135 afiliados, la inmensa mayoría somos mujeres. Desde que llegó el nuevo gerente general, los problemas han ido agudizándose.

Se viola el contrato colectivo, nos discriminan por estar sindicalizadas, no se nos pagan las horas extra, ni los permisos sindicales, se nos presiona para que nos desafiliemos.

Y lo peor –continuó la dirigente sindical– es que se nos está negando el derecho de negociar colectivamente”.

Autoridades coludidas

El proyecto de contrato colectivo fue entregado el 16 de julio de 2021. Casi un año después, tanto la empresa como los funcionarios del Ministerio del Trabajo han hecho caso omiso a las solicitudes de las trabajadoras organizadas.

“El nuevo gerente sigue negándose a reunirse con nosotros, mientras que en el ministerio nunca dieron paso a nuestro proyecto, aduciendo que lo presentamos en una oficina equivocada.

Esto es totalmente absurdo y la renuencia de las autoridades a escucharnos y a atendernos nos hace pensar que están pasando cosas muy raras”, explicó Cahueñas.

Pese a las movilizaciones realizadas frente a las instalaciones del Ministerio del Trabajo y a las continuas solicitudes para ser escuchadas, el proyecto de contrato colectivo sigue archivado.

Más violaciones

La situación se ha vuelto aún más crítica durante la emergencia sanitaria.

“No nos han entregado el uniforme completo de trabajo, nos suspendieron el almuerzo durante seis meses, hostigan a las nuevas trabajadoras para que no se acerquen al sindicato.

Además, hay varias mujeres que sufren enfermedades osteomusculares, otras que ya fueron operadas, y la empresa desatiende totalmente las recomendaciones de la seguridad social.

En lugar de reubicarlas –denunció la dirigente sindical– hay veces que las ponen a hacer los trabajos más duros para que renuncie al sindicato o se vaya de la empresa”.

Ante esta situación, Mery Cahueñas hizo un llamado a la solidaridad nacional e internacional para que se divulgue la grave situación que están viviendo las trabajadoras organizadas en Florequisa.

“Aquí venden y exportan flores a todos los rincones del mundo, pero no respetan los derechos más básicos de sus trabajadoras. Esto es vergonzoso”, concluyó.