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Tras el triunfo de Xiomara Castro

Ahora, a cumplir con el pueblo

La contundente victoria de Xiomara Castro pone fin a años de sufrimiento del pueblo hondureño luego del golpe de Estado contra el gobierno de Manuel Zelaya en 2009 que contó con el apoyo de Estados Unidos.

Marcial Cabrera


Foto: Rel UITA

Aunque el partido de Castro, LIBRE, logró conformar una alianza con otras formaciones, más pequeñas (PSH y PINU), no fue eso lo que garantizó el triunfo, sino la decisión y voluntad de un pueblo harto de estar gobernado por el criminal Juan Orlando Hernández (JOH).

Contribuyó centralmente a la victoria electoral la movilización de muchos sindicatos combativos, como nuestras organizaciones afiliadas: STIBYS, SITIAMASH, SITRAINA, SITRATERCO y STAS.

No menos importante fue el respaldo de organizaciones sociales como el Comité de Familiares Detenidos Desaparecidos de Honduras (COFADEH), que coordina la incansable luchadora Bertha Oliva y que celebró el triunfo cumpliendo 39 años de su fundación, o del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) de la entrañable Berta Cáceres, asesinada a balazos en marzo de 2016.

Hay que mencionar igualmente los esfuerzos de la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH), que dirige Miriam Miranda, y otros grupos representativos de los pueblos originarios, las asociaciones de defensa de los derechos de la comunidad LGBTI y el trabajo internacional desarrollado por la UITA, concretado por ejemplo en las siete misiones que llevó a cabo tras el golpe de Estado.

La UITA fue la primera organización sindical internacional en solidarizarse con el pueblo hondureño, en particular con su movimiento obrero y respaldar múltiples iniciativas como la Campaña por Rommel y todos los presos políticos de Honduras y el movimiento Convergencia Contra el Continuismo donde destaca la figura de Carlos H. Reyes, integrante de nuestro Comité Ejecutivo Latinoamericano.

Desmantelar el laboratorio

Es de sobra conocido que el actual gobierno corrupto de JOH ha pisoteado los derechos más elementales del pueblo hondureño.

Hoy los escuadrones de la muerte campean a sus anchas en Honduras, asesinando a ciudadanos con la complicidad de las autoridades de gobierno.

Se deberá acabar con ellos, así como con la corrupción institucionalizada, mejorar las condiciones de vida de la población, eliminar las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDES) y sobre todo impedir que este país siga siendo el laboratorio experimental para masacrar al pueblo y eliminar derechos.

Son muchos además los atropellos que sufren los trabajadores y trabajadoras por parte de las empresas transnacionales y el capital privado hondureño.

Se tendrá que eliminar así una reforma laboral, obra del gobierno de facto, que viola derechos elementales de los trabajadores, fijarle límites claros a la transnacional melonera Fyffes, acabar con la persecución a sindicatos como el SITIAMASH y terminar con las tercerizaciones masivas en compañías donde tiene presencia el STIBYS.

En fin, el gobierno de Xiomara Castro, la primera mujer en asumir la presidencia de Honduras, tendrá que concretar las demandas de las organizaciones sociales y los sindicatos que estuvieron en las calles luchando codo a codo contra la dictadura instaurada en 2009.

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