David Morales
5 | 6 | 2025

Dan Galin | Foto: Archivo
Tuve la oportunidad de conocer a Dan Galin cuando era secretario general de la UITA, allá por 1984, mientras en Guatemala estábamos en plena huelga en Embotelladora Guatemalteca SA (EGSA) de Coca Cola Company.
Habían cerrado la planta aduciendo problemas económicos, lo cual significaba una violación del acuerdo firmado en 1980 entre la transnacional y la UITA. Un acuerdo que tenía el objetivo también de proteger la vida de los trabajadores organizados y al propio Sindicato.
Nosotros sabíamos perfectamente que los problemas económicos se debían al saqueo brutal que le habían hecho a la planta durante más de un año. Y también la UITA lo sabía.
Del compañero Gallin guardo la misiva contundente que envió a Coca Cola, así como el poderoso mensaje de solidaridad que transmitió a los trabajadores que se habían tomado la planta de producción.
Nos instó a resistir porque de esta lucha dependía mucho del futuro del movimiento sindical guatemalteco. Fue con este apoyo solidario de la UITA y el boicot a nivel internacional, junto a la solidaridad que recibimos a nivel nacional que resistimos y ganamos esta batalla.
“Las vidas de las personas están en peligro. UITA y Coca Cola llegaron a un acuerdo y sabemos que ha sido criticado por otras corporaciones internacionales antisindicales, que harían cualquier cosa para evitar precedentes de negociaciones con organizaciones sindicales internaciones (…).
Aquí no se trata de una fábrica más que cierra, sino del futuro del movimiento obrero en Guatemala, de la sobrevivencia también de otros trabajadores en otros centros de trabajo”, enfatizó el compañero Gallin.
Para él, la cuestión era si una corporación multinacional arrogante y poderosa podía jugar con la vida de la gente, o si esta misma gente podía triunfar a través de la organización sindical. Y lo hicimos juntos.
Después de largos años, en 1997, tuve la oportunidad de saludarle personalmente, en Ginebra, en el Congreso Mundial de la UITA. En aquel entonces entregaría la secretaría general a Ron Oswald.
Sucesivamente nos encontrábamos en cada Conferencia Regional donde él llegaba como invitado. Siempre me preguntaba y estaba pendiente de la situación en Guatemala, especialmente de los trabajadores de Coca Cola.
Lamento profundamente su partida. Sin aquel compromiso mostrado por Dan Gallin a nivel mundial y por Enildo Iglesias a nivel regional no hubiera sido posible ganar aquella batalla.
Nosotros éramos invisibles sindicalmente hablando en esa época y fue a través de ese apoyo incondicional que logramos resistir un año y doce días, convirtiéndonos en un icono del movimiento sindical guatemalteco.
La partida de Dan Galin es una pérdida irreparable para el movimiento sindical mundial, no sólo para Guatemala.
¡Que descanses en paz!