El temor es una sombra que nos envuelve y finalmente nos aprisiona dentro de nosotros mismos. Para lograr este resultado, el déspota Mulino al servicio del poder económico, utiliza todos los métodos a su alcance.Los aparatos represivos, los tres poderes del Estado y los medios tradicionales de desinformación, junto a las cámaras empresariales, están inculcando el terror entre la población.

Sin embargo, esa población, incluso con muchas dificultades, ha despertado, reaccionando ante una oligarquía conservadora, corrupta, asesina y sin escrúpulos que no admite que los tiempos cambian y pretende seguir robándole al Estado, con la evasión y la elusión fiscal, y a la propia gente, en especial a los trabajadores.

No respetan tampoco nuestra Constitución Política. No importa el delito que cometan no van a la cárcel y consideran a nuestra nación su feudo, por los siglos de los siglos.

Es necesario organizarnos en nuestras comunidades, los trabajadores independientes, tercerizados, informales contra esta dictadura capitalista salvaje, antes que sea demasiado tarde. No dejemos que nuestra conciencia se nos duerma.

Todos los actos de represión llevan la aprobación del poder económico, el déspota solamente obedece sus directrices.

En la provincia de Darién, queman propiedades de habitantes; en Changuinola, levantan falso expediente penal contra el compañero Francisco Smith (secretario general del sindicato bananero SITRAIBANA) por oponerse a la ley 462 de la Caja del Seguro Social.

Todos estos hechos ocurren bajo la mirada de algunos comunicadores sociales a quienes no les conmueve estos actos abominables cometidos por miembros de la fuerza pública desclasados.

La población está cansada de tantas injusticias. Solamente nos corresponde luchar, resistir y avanzar, en la búsqueda de los cambios sociales que necesita nuestra Patria, en beneficio de toda la sociedad, no de un puñado de mujeres y hombres corruptos que saquean las arcas del Estado y se mantienen impunes.