La compraventa había sido cuestionada por otra gigante brasileña de la industria, Minerva, pero el organismo de contralor consideró que no hay riesgos de competencia desleal ni de monopolio.

Marfrig produce alimentos –principalmente de carne de res, como hamburguesas-, mientras BRF opera fundamentalmente en la cría, producción y sacrificio de aves y cerdos, además de la industrialización, comercialización y distribución de carne fresca, productos procesados, pastas, margarinas, alimentos para mascotas y otros, según consignó el portal brasileño uol.

Minerva observó que “dado que la Saudi Agricultural and Livestock Investment Company (Salic) es accionista de Marfrig y también tiene una participación en la propia Minerva, esta relación podría generar riesgos de efectos coordinados”, indicó el portal.

El presidente del CADE y relator del caso, Gustavo Augusto, señaló en su voto que esta relación «no forma parte del objeto analizado en esta operación», mientras el consejero Victor Fernandes dijo que “el mercado” no tiene por qué estar inquieto por la fusión.

“Existen mecanismos que impiden el intercambio de información sensible”, apuntó Fernandes, y el resto de los consejeros lo siguieron.

La operación, que consiste en la compra de BRF por parte de Marfrig por 2.600 millones de dólares, ya había sido aprobada un mes atrás por los accionistas de ambas compañías.