Como cada miércoles, en las movilizaciones estuvieron los jubilados y se sumó la comunidad universitaria, trabajadoras y trabajadores del Hospital Garrahan, los movimientos sociales, de derechos humanos y sindicatos que integran la Confederación General del Trabajo (CGT), además de muchos autoconvocados.

Las marchas se replicaron en Rosario, Córdoba, Mar del Plata y otras ciudades del país, con masivas convocatorias en defensa de la educación y la salud pública. Se sucedieron actos con fuerte presencia de la comunidad universitaria y consignas en defensa de la educación y la salud pública.

Cuando fue anunciado el rechazo dentro del recinto, en las afueras del Congreso la multitud festejaba entre cánticos y banderas, mientras manifestantes afirmaban que “se trata de un triunfo de los estudiantes y del conjunto de la sociedad argentina que le puso un freno a la crueldad”.

“La salud y la educación son dos derechos inalienables”, decía una docente, y opinaba que “el gobierno no se levanta más de esto”. Ahora falta que se traten los vetos en el Senado, pero se prevé que también allí el gobierno perderá.

La culminación de la tercera marcha federal universitaria marcó otra herida para la administración de Javier Milei que, en menos de dos años, desfinanció a las casas de altos estudios como nunca antes en la historia democrática del país.