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Brasil apoya el colonialismo al participar en el saqueo de recursos naturales de la última colonia de África

Fosfatos de sangre

Brasil importa el 25 por ciento del fosfato marroquí a través de la empresa estatal marroquí OCP, que opera ilegalmente en los territorios ocupados del Sáhara Occidental sin el consentimiento del pueblo saharaui.
Foto: bladi.es

No contento con las importaciones ilegales cuyo beneficio sostiene la ocupación ilegal y facinerosa de un país, Brasil acordó a principios de este año con el grupo marroquí OCP la instalación de una nueva fábrica en Brasil para fabricar productos de fosfato.

OCP ya es un importante proveedor de fosfatos, incluso con sede y operaciones en Brasil, y quiere reforzar su presencia y sus exportaciones ilegales.

El anuncio de esta nueva planta fue realizado por el presidente y director general del Grupo OCP, Mostafa Terrab, durante una reunión en Rabat con el ministro de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, Marcos Montes, en junio de este año. Está previsto que la fábrica de la empresa marroquí se construya en São Luís, Maranhão.

El presidente de OCP Fertilizantes en Brasil, Olavio Takenaka, declaró a la ANBA (Agencia de Noticias Brasil-Árabe), que será la primera planta de fosfatos de la empresa en Brasil y que los productos se elaborarán con roca fosfórica importada de Marruecos (léase Marruecos y territorios ocupados del Sahara Occidental).

Explotación ilegal

El proyecto está en marcha y la empresa ya es propietaria del terreno, a seis kilómetros del puerto de Itaqui, en Maranhão. Según las últimas declaraciones del ejecutivo, se estaba ultimando el proyecto de Ingeniería para que las autoridades lo aprobaran.

En la reunión con el gobierno marroquí y la OCP participaron Julio Bitelli, embajador de Brasil en Marruecos, Nilson Guimarães, agregado agrícola de la embajada, y Celso Moretti, presidente de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), directivos del Ministerio de Agricultura y de la Secretaría de Asuntos Estratégicos de Brasil, la Organización de Cooperativas Brasileñas (OCB) y la Confederación Nacional de Agricultura y Ganadería (CNA).

Al mismo tiempo, el ministro de Agricultura brasileño fue a Marruecos para aumentar la importación de fosfato.

En 1976, tras la ocupación del Sáhara Occidental, Marruecos se hizo inmediatamente con el control de la mina de Phos Boucraa (Boucraa-El Aaiun), anteriormente explotada por España.

Al ser el Sáhara Occidental un territorio no autónomo, la explotación minera por parte de un actor estatal extranjero es ilegal según el derecho internacional.

Como consecuencia, varios fondos se desprendieron de los compradores de fosfato extraído en Phos Boucraa, y las exportaciones disminuyeron.

Los barcos que transportan los fosfatos robados (también llamados fosfatos de sangre) han sido incautados o detenidos en varios puertos internacionales.

Siglos después, los mismos delitos

En 2017, el gobierno saharaui emprendió acciones legales civiles contra distintos cargamentos de roca fosfórica, deteniendo con éxito a los cargadores en Panamá y Sudáfrica.

Al determinar que el cargamento sería un recurso soberano del gobierno y el pueblo saharauis, el Tribunal Superior de Justicia de Sudáfrica señaló que el Sáhara Occidental es un territorio ocupado según el derecho internacional y que Marruecos y sus empresas estatales no podían tener la intención legal de vender la mercancía.

Al igual que en la colonización portuguesa en Brasil, que tuvo como características principales desbrozar, exterminar, explotar, poblar, conquistar y subyugar a los indígenas y sus riquezas, así se comporta Marruecos con los saharauis.

A pesar de la distancia en siglos, los delitos son los mismos, sólo que adaptados a las nuevas tecnologías y realidades.

Si el pueblo brasileño sigue repudiando el colonialismo, no se puede entender cómo el gobierno y las instituciones brasileñas están ahora apoyando y financiando directamente bajo la apariencia de “negocio” la ocupación marroquí y la expropiación y el genocidio del pueblo del Sáhara Occidental.


(Los intertítulos son de La Rel)