El Simposio Internacional sobre mortandad de abejas y agrotóxicos tuvo lugar en la ciudad de Mata, donde recientemente se registró la muerte de millones de abejas, hecho que afectó la producción de miel de la zona y prendió las alarmas para una temática que, si bien es antigua, no ha tenido mayor incidencia en la agenda pública ni en la sociedad civil.
Sobre la evaluación de este primer evento, que la Rel UITA apoyó, hablamos con Jair Krischke, uno de los principales articuladores de la APISBio, presidente del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos y asesor de la Regional.
-¿Cómo analizas el simposio?
-Fue sorprendentemente bueno.
Mata es un municipio de 3.000 habitantes y logramos convocar 380 personas entre académicos, expertos, productores familiares, apicultores, periodistas de la prensa alternativa, docentes, trabajadores y trabajadoras rurales.
Todos los expositores, sobre todo del área legal fueron muy claros y concisos en sus intervenciones, con un lenguaje accesible para todos y todas.
El cierre estuvo marcado por la entrega de un documento que reúne la demanda civil pública al procurador del Ministerio Público estadual.
La APISbio, junto a sus asesores legales, plantea una demanda en nombre del derecho de las futuras generaciones, algo que si bien está dispuesto por la Constitución Federal, nunca antes fue utilizado como alegato.
-¿Cuál fue el principal desafío cuando emprendieron esta empresa?
-Cuando comenzamos a gestar esta lucha, nos dimos cuenta que necesitaríamos un respaldo científico y entonces recurrimos a la Universidad de Pelotas para que nos ayude en las denuncias que estamos haciendo.
Necesitamos de pruebas avaladas científicamente para comprobar la relación entre el uso de agrotóxicos y la muerte de las abejas.
Sobre todo porque esta pelea no es con el productor de soja que aplica el agrotóxico que luego mata a las polinizadoras. La nuestra es una lucha mayor: es contra un sistema de producción que impusieron las grandes corporaciones que manejan el agronegocio.
Esta es una pelea contra un perro grande, como le decimos popularmente en Rio Grande do Sul.
Dimos el primer paso, formalizamos nuestra articulación, nos hicimos conocer oficialmente y tuvimos una buena repercusión en los medios alternativos, con una trasmisión en vivo por Facebook que alcanzó a muchas personas.
Pero sabemos que esta será una lucha muy dura.
-¿Qué pasos seguirán dando?
-Esta semana nos volvemos a reunir para delinear nuestras próximas acciones.
Casualmente coincidí con un procurador del Ministerio Público Federal (MPF) durante un debate en una universidad y le comenté lo que estamos haciendo.
Concretamos una audiencia para la semana que viene en el MPF para informarlo sobre la problemática y ver si podemos extender nuestras demandas a nivel país.
Este problema no se reduce a algunos municipios en los estados del sur. El uso indiscriminado de agrotóxicos en los cultivos agrícolas es nacional, sobre todo ahora con este gobierno que libera el uso de un veneno por día.