
Según el dirigente el convenio firmado para el sector fue suficiente pero no el mejor.
“Ceñidos al mandato del Congreso del SATIF, cerramos un acuerdo que cubre lo mínimo indispensable, siempre teniendo en cuenta la situación del país y de la industria, de los cambios y las medidas tomadas por el nuevo gobierno”.
Terny recordó que desde diciembre a la fecha “el gobierno de Mauricio Macri devaluó la moneda, anuló las retenciones al agro que tuvieron su impacto en el trigo y por consiguiente en la harina, materia prima de nuestra industria, ni hablar de los incrementos en los servicios públicos como energía eléctrica, gas, agua potable, etc., que tiene un fuerte impacto en el bolsillo de la clase obrera y que hace que las negociaciones salariales se vean directamente ligadas a esta realidad”.
Para el sindicalista las condiciones en las que fue negociado el nuevo convenio fueron influenciadas por la coyuntura económica del país.
“Todo esto tuvo un papel preponderante a la hora de negociar los nuevos incrementos salariales que tendrán vigencia de un año. Para pastas secas el aumento será de 36 por ciento y para pastas frescas de 35”, informó.
“Si bien las bases han tomado al acuerdo como satisfactorio -agregó Terny– nosotros estamos preocupados con los puestos de trabajo dentro de la industria y en virtud de ello seguiremos trabajando como organización sindical para que el impacto de las medidas de gobierno se sientan lo menos posible”, finalizó.
El pasado 8 de junio se ratificó el convenio en el ámbito del Ministerio de Trabajo pero rige desde el 18 de mayo pasado.