De todas maneras, el consumo es heterogéneo y esa heterogeneidad tiene que ver con las posibilidades socioeconómicas que tienen los habitantes de las distintas regiones del planeta.
Allí donde esas posibilidades son mayores el consumo de lácteos incluso aumentó, mientras que, en otros países, en otras naciones, donde las condiciones socioeconómicas son menores, el consumo o bien ha caído o bien la gente ha modificado sus hábitos, dejando de lado los productos de mayor valor agregado. Esto tiene que ver con la caída del poder adquisitivo de los consumidores.
La pandemia ha afectado en mayor grado, como es obvio, a la población de aquellas naciones donde la protección de las condiciones laborales y la protección social en general son menores y los sindicatos tienen menos incidencia, así como es más débil la institucionalidad republicana.
Lo que una vez más ha quedado patente es que el capitalismo salvaje ha creado más problemas y generado más muertes que la Covid-19.
Este coronavirus ha venido a poner negro sobre blanco que el capitalismo deja cada vez más el poder en pocas manos y a la mayoría de los habitantes del planeta en una situación totalmente endeble. Y eso no hay que dejar de repetirlo”.