“La situación es grave. Si bien los compañeros tienen los sueldos al día, se les está debiendo el 15 por ciento que se les descontó el año pasado y además se les debe el aumento y el aguinaldo, que aparentemente se va a pagar en cuatro cuotas”, dijo el sindicalista.
La incertidumbre en torno al futuro de la compañía continúa, luego que se diluyeran las posibilidades de una compra por Fonterra o por Adecoagro.
“Se está recaudando un 70 por ciento de lo que se debería recaudar, los pagos se hacen diferidos, y por ende se le hace muy difícil la compra de insumos. Estamos tratando de contener a todos los compañeros”, señaló.
“Asumimos sabiendo que no iba a ser fácil, estamos poniendo lo mejor de cada uno. Tengo una comisión directiva, secretariado y delegados que acompañan, que entiende lo que está pasando”.