La práctica sindical de la Felatrac se cimienta en la fuerza de la unidad sindical, de ideas y acciones en favor de nuestros representados.
El futuro de la región latinoamericana no es claro ni diáfano como desearíamos, ni son demasiado auspiciosos algunos proyectos macroeconómicos continentales, aunque las realidades de las empresas de la actividad puedan ser, en algunos casos, positivas.
No puedo silenciar el crecimiento de la precariedad laboral que peligrosamente pareciera desarrollarse en algunos ámbitos productivos. Debemos ser intransigentes en su erradicación y asegurar la vigencia plena de nuestras conquistas, libertades sindicales y convenios colectivos.
Por ello debemos estar muy atentos a nuestras realidades, locales, nacionales regionales e internacionales y ser celosos vigilantes respecto de las políticas generales y sectoriales en favor de la inclusión social y el respeto de nuestros legítimos derechos.
Debemos preservar no sólo nuestros ingresos contractuales laborales directos sino también los indirectos, derivados de la existencia de buenos y económicos servicios públicos y de adecuados sistemas de previsión y seguridad social, políticas impositivas y de vivienda.
Los cambios tecnológicos tendrán influencia mayor en nuestras vidas productivas y en la convivencia ciudadana y familiar.
Por eso deseo referirme a algo que debería ser una política esencial de nuestra federación: la necesidad de que, en los ámbitos de nuestras relaciones sociales y económicas con las empresas de la actividad, se desarrollen, con el auspicio de la Felatrac, planes de formación profesional permanente para todos los trabajadores de los establecimientos.
La formación mirando al futuro es una política de beneficios recíprocos que debemos lograr que sea desarrollada por todas nuestras patronales, teniendo en cuenta que es eso lo que permitirá estabilidad y condiciones laborales adecuadas a los cambios que se anuncian.
Nadie puede superar la acción unitaria y solidaria de nuestros sindicatos, instrumentos que son convalidados por una práctica social eficiente y cotidiana.
La solidaridad debe ser preservada y para ello debemos dar continuidad a nuestra acción de defensa y progreso de nuestros compañeros, única garantía para lograr justicia y equidad social.
Unidos y organizados, mejoraremos la realidad con solidaridad y esperanza.
Con mi abrazo fraterno y sindicalista.
Foto: Nelson Godoy