Algunas de las víctimas fueron conducidas al centro clandestino “La Cueva”, donde maniatadas, encapuchadas y golpeadas, escucharon cómo el general Alfredo Arrillaga, máximo responsable de la represión ilegal en la ciudad, en tono sarcástico les preguntaba: “¿Qué es esto?”.

Y se respondía: “Esta es la ‘Noche de las Corbatas’, pero resulta que ahora los que administramos justicia somos nosotros”.

Entre las víctimas estaba Norberto Centeno.

Los represores sabían a quiénes había que eliminar, y uno era Centeno, un abogado de larga trayectoria defendiendo trabajadores y organizaciones sindicales que había impulsado la redacción de la Ley de Contrato de Trabajo.

El 7 de julio de 1977, Centeno, junto a su amigo Ernesto Tomaghelli, salieron de su estudio ubicado en la calle La Rioja 1400, momento en que escucharon pasos a sus espaldas y un grito de “Alto, Ejército Argentino”.

De 50 años, Centeno fue llevado al centro clandestino de detención de la Base Aérea, lugar en que fue salvajemente torturado al grito de “¡Denle al viejo!, ¡denle al viejo!».

Marta García de Candeloro, sobreviviente de dicho cautiverio, relató haberlo visto de traje y agonizando.

Los verdugos lo mataron durante una sesión de tortura y su cuerpo fue arrojado en el camino a la ciudad de Miramar, donde fue encontrado el 11 de julio. Tenía muestras de todo tipo golpes y el examen médico reveló que la muerte databa del 9 de julio, dos días después de su secuestro*.

Por la obra de Centeno y en su memoria, el 7 de julio se conmemora el Día del Abogado Laboralista.