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Jair Bolsonaro, sus alucinaciones y su intento de fuga

Abandonado

Al ex presidente de Brasil Jair Bolsonaro le salió el tiro por la culata: quiso romper la tobillera electrónica que portaba en su casa desde que fuera procesado por intento de golpe de Estado y lo único que logró fue que el Supremo Tribunal Federal lo trasladara a una cárcel.

Daniel Gatti

25 | 11 | 2025

El ultraderechista cumple prisión domiciliaria como medida cautelar mientras se espera la conclusión del proceso por el que fue condenado en setiembre a 27 años de prisión.

El sábado pasado tomó a martillazos el dispositivo electrónico que se le colocó dos meses atrás. Luego se justificó diciendo que había sufrido un “ataque de paranoia” y de “alucinaciones” producto de los medicamentos que consume.

La justicia no lo entendió así, determinó que lo que había sucedido era un intento de fuga en toda ley y dispuso su transferencia provisoria a una cárcel, en la sede la Policía Federal en Brasilia.

Había otros dos factores que fundamentaban el riesgo de fuga: que el mismo sábado estaba prevista una vigilia frente a la casa del líder ultraderechista, que este podría aprovechar para colarse entre la eventual multitud, y que muy cerca está ubicada la embajada de Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, ha ejercido todo tipo de presiones para liberar a su aliado.

Otro de los condenados en el juicio junto a Bolsonaro, el ex comisario de la Policía Federal y ex director de la Agencia Brasileña de Inteligencia Alexandre Ramagem, fugó a Miami probablemente en setiembre y allí vive en un condominio de lujo.

Se le había retirado el pasaporte, pero se las ingenió para llegar clandestinamente a Estados Unidos.

Real politik

Poco riesgo corre Ramagem de ser tratado como un inmigrante clandestino por la agencia migratoria trumpiana y puesto en un avión rumbo a su país, pero lo cierto es que de a poco Trump ha ido soltándole la mano a su aliado.

Cuando este lunes 24 se le preguntó qué opinaba sobre la detención de su “amigo” el habitualmente verborrágico presidente se limitó a decir “qué lástima”.

Semanas atrás el estadounidense retiró las demenciales sobretasas impuestas a Brasil para aplastarlo en negociaciones comerciales y para obligarlo a liberar a Bolsonaro y se acercó a Luis Inácio Lula da Silva.

El diario estadounidense The New York Times comentó que este caso “es un claro ejemplo de los límites de la capacidad de Trump para doblegar a gobiernos extranjeros y de su disposición a abandonar a sus aliados y ponerse del lado de un rival cuando lo considera conveniente para sus intereses”.

Para la Rel UITA, lo ocurrido marca un hito en la defensa de la democracia en la región. La prisión de Jair Bolsonaro –por su responsabilidad en un intento de golpe de Estado y ahora por un evidente intento de fuga– confirma que ningún liderazgo, por poderoso que se crea, puede colocarse por encima de las instituciones.

En un momento histórico para Brasil y para América Latina, la señal es inequívoca: quienes atenten contra el orden constitucional deberán responder ante la justicia y no encontrarán impunidad.

Solo así es posible impedir que las sombras del autoritarismo vuelvan a imponerse sobre la voluntad popular.

Foto: CSP