Este año, y debido a que en diciembre pasado el gobierno federal dejó de brindar el subsidio a los trabajadores y trabajadoras del grupo de riesgo por la pandemia, hubo que volver a negociar. Sobre esto hablamos con Artur Bueno de Camargo, presidente de CNTA.
-¿Cómo evalúas esta renovación del acuerdo con BRF?
-Logramos mantener lo acordado el año pasado y eso es positivo, porque se trata de los ingresos de los trabajadores y las trabajadoras que pertenecen al grupo de riesgo.
También la empresa complementará los ingresos de jubilados y trabajadores con poca antigüedad que no están contemplados en el programa de layoff que comenzará a aplicar.
Sin embargo, no pudimos avanzar en otros aspectos que son muy importantes también.
-¿De qué se trata?
-No logramos que la empresa redujera el número de trabajadores por turno para minimizar la aglomeración y tampoco que se aumentara la distancia entre un trabajador y otro en las líneas de producción.
No podemos olvidar que BRF tiene 5.000 trabajadores con licencia por pertenecer al grupo de riesgo desde marzo del año pasado. Es una gran empresa y busca tener sus ganancias y también, en época de crisis, reducir costos.
Lo que nosotros como organizaciones que representamos a los trabajadores hacemos es tratar de garantizar derechos y condiciones laborales adecuadas.
Fue un acuerdo razonable, no ideal pero sí muy valorado, porque al ser a nivel nacional sirve de lineamiento para los diferentes sindicatos de la empresa, que no van a negociar condiciones inferiores a esas, pero sí pueden mejorarlas.
-¿Qué pasa con JBS, la otra grande del sector frigorífico?
-Esta compañía ni siquiera respeta a las organizaciones de trabajadores. Es completa y abiertamente antisindical.
Hay sindicatos de algunas de sus filiales que hace al menos dos años que no logran negociar un convenio colectivo de condiciones de trabajo.
Y nada cambió en su postura respecto a la pandemia. Al contrario, continuó desoyendo a su personal y también al Ministerio Público de Trabajo (MPT).
JBS no firma Términos de Ajuste de Conducta (TAC), un instrumento que utiliza el MPT para que las compañías que incumplen con las condiciones sanitarias y ergonómicas dispuestas busquen hacerlo antes de ir a un juicio.
Con JBS siempre se termina en juicios que generalmente le resultan favorables.
-El año pasado junto con CONTAC y la Rel UITA ustedes lanzaron una campaña de denuncia contra JBS. ¿Cómo van a seguir actuando?
-La transnacional se negaba a cumplir los protocolos mínimos de bioseguridad en sus plantas y muchas de éstas fueron verdaderos focos de contagio masivo de Covid-19.
Este año la idea es continuar denunciando el accionar irresponsable de esta empresa, sobre todo en los países donde opera y en aquellos a los que exporta carne.
Contamos con el respaldo de la UITA para esta labor, y con la de todas las afiliadas a nuestra internacional que tienen sindicatos en JBS.