“Fueron innúmeros los casos de brotes en las plantas frigoríficas y se produjeron contagios masivos entre los obreros y sus comunidades”, recordó en entrevista con La Rel José Modelski Junior, secretario general de CONTAC.
A partir de este escenario las confederaciones, federaciones y sindicatos nucleados en CONTAC y CNTA, con el apoyo de la Rel UITA y del Ministerio Público de Trabajo (MPT), comenzaron a delinear estrategias para controlar la situación y demandaron de las empresas protocolos de bioseguridad adecuados para prevenir y controlar los contagios por coronavirus.
“Es importante resaltar que el acuerdo con BRF se dio en ese contexto y que esta compañía fue la única gran empresa del sector en abrir el diálogo con los representantes de los trabajadores y trabajadoras a nivel nacional”, destacó Modelski.
La actitud de BRF es destacable sobre todo porque en Brasil la crisis sanitaria fue tomada a la ligera por el propio gobierno. Aquí hay un gobierno negacionista, genocida que incentivó a que las personas no se cuidaran de la pandemia y contribuyó a un mayor número de contagios”, dijo el dirigente.
“Entonces medidas centrales para controlar la propagación del virus, como el distanciamiento social y el uso de mascarillas nunca fue respetado desde el propio gobierno, en la figura del mismísimo presidente Jair Bolsonaro”, apuntó.
BRF tomó la línea opuesta a los dictámenes gubernamentales, a diferencia de JBS, que se negó rotundamente siquiera a dialogar y cuyos frigoríficos registraron brotes masivos y muchos fueron parcialmente clausurados.
“El acuerdo que firmamos el año pasado y que renovamos hace algunos días no contempla todo lo que los sindicatos y trabajadores queríamos, pero sin dudas es un precedente para todo el movimiento sindical”.
Entre los puntos que los sindicatos no lograron figuran la disminución de la cantidad de trabajadores por turno y que hubiera una distancia mínima de 1,5 metros de distancia entre un obrero y otro en la línea de producción.
“Pero logramos que todos los funcionarios que permanecen con licencia por ser grupo de riesgo cobraran sus salarios integralmente”, destacó Modelski.
Es un acuerdo inédito con una empresa del porte de BRF y garantiza las mismas condiciones para todos los sindicatos en el país.
“La renovación de este acuerdo introduce una nueva realidad, que es que el gobierno federal ya no pagará el subsidio a los trabajadores del grupo de riesgo y por tanto la empresa aplicará el layoff en algunas de sus plantas”, informó.
Los sindicatos acordaron que esta suspensión temporaria de los contratos no implique pérdida de los puestos de trabajo y que se mantengan los beneficios para estos trabajadores, sobre todo en lo referente a los ingresos.
“El programa del layoff es anterior a esta pandemia y no contempla a trabajadores jubilados o con poca antigüedad en las empresas, y es en este aspecto que este acuerdo vuelve a ser innovador y socialmente responsable, porque BRF cubrirá los ingresos de este grupo también”, subrayó.
Modelski explicó que otro detalle importante del acuerdo refiere a las trabajadoras embarazadas, que serán excluidas del layoff, y aquellas que estén cursando el séptimo mes de gestación pasarán a gozar de la licencia maternal hasta que les toque solicitar el auxilio por maternidad del gobierno.
“Asimismo, no se suspenderá los contratos a aquellas mujeres que están en los primeros meses de gestación. Se marcharán de licencia cuando les corresponda y hasta entonces cobrarán todo su salario”.
Es imposible dejar de comparar el accionar de BRF con la otra gran empresa del sector, JBS, que hasta la fecha se niega a dialogar con las confederaciones e intenta reuniones individuales con los sindicatos para quebrantar la unidad nacional que han logrado nuestras afiliadas CNTA y CONTAC.
JBS solo cumplió con los protocolos biosanitarios cuando fue obligada a hacerlo por el Ministerio Público de Trabajo.
Cabe destacar que esta empresa, la transnacional cárnica más importante del mundo, embolsó, solo en el último trimestre del año pasado, más de 500 millones de dólares.
Recursos no le faltan. Responsabilidad social y humanidad, sí.