-¿Cómo evalúas la reunión de ayer?
-De la reunión con la Asociación Brasileña de Proteína Animal (ABPA) de la cual participamos CNTA, CONTAC y otras organizaciones sindicales, salimos con una gran indignación.
Desde el 31 de agosto la ABPA tenía conocimiento de nuestra pauta de reivindicaciones basada en tres puntos principales: fin de la aglomeración en la industria frigorífica, la entrega de mascarillas adecuadas y el testeo masivo del personal que trabaja en los frigoríficos.
Sin embargo en la reunión de este miércoles 9, el presidente de la Asociación que nuclea a 140 representantes de frigoríficos nos comunicó que no aceptarían nuestra pauta y que seguirían lo dispuesto por la ordenanza del gobierno federal que es completamente laxa en cuanto a protocolos sanitarios para la industria de faena y procesamiento de carne.
Una ordenanza que ni siquiera contempla el distanciamiento entre operarios en las líneas de producción.
El compañero Siderlei de Oliveira, presente en la reunión señaló oportunamente a los representantes de ABPA que su postura es completamente deshumana, porque estamos hablando de vidas, de personas.
-Insensibilidad y autoritarismo…
-Sin dudas una postura clara de ese autoritarismo que se desprende desde el propio gobierno, si es que esto que tenemos en Brasil se puede llamar gobierno.
Un Ejecutivo que siente desprecio por la clase obrera, que manifiesta abiertamente su respaldo a los exponentes del capitalismo más salvaje, del cual se están aprovechando todas estas empresas frigoríficas que están produciendo cada vez más para exportar cada vez más y que no consideran en lo más mínimo a sus trabajadores y trabajadoras.
-¿Tenían alguna expectativa de abrir espacios de diálogo?
-Sí, claro sin embargo la postura de la ABPA dinamitó toda posibilidad de diálogo.
Por ejemplo en lo que refiere a las mascarillas, que hay empresas del sector como el gigante de la industria JBS que no está brindando adecuadamente esa protección o en lo referente a la aglomeración donde propusimos reducir el número de trabajadores al 50 por ciento y aumentar los turnos para que no se pierda productividad, tampoco fue tenido en cuenta.
No avanzamos en nada, por lo tanto tendremos que arremeter con mayor fuerza en la campaña internacional que llevamos adelante con la UITA para que el consumidor de las carnes producidas en Brasil, sepa a qué costo se produce.
Que los trabajadores y trabajadoras que están en las líneas de producción en los frigoríficos están expuestos a este virus que tiene en jaque al mundo entero y que pone en riesgo no solo sus vidas sino la de sus familias y comunidades.
Tendremos que presionar a estas empresas que no cumplen con lo mínimo dispuesto para el control y la prevención del Covid-19 para que respeten la vida de las personas, para que entiendan de una buena vez que el lucro no puede estar por encima de la vida.