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Con Célio Elias

“La avaricia del capitalismo”

En el marco del Día Mundial de la Salud y la Seguridad en el Trabajo, el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación de Criciúma y Región (SINTIACR) promovió el debate sobre la importancia de la norma reguladora 36 (NR36) para el sector. La Rel conversó con Celio Elias, dirigente del SINTIACR.
Célio Elias | Foto: Gerardo Iglesias

-El sindicato se mantiene activo en la campaña de defensa de la NR36.
-Sí, estamos realizando diversas actividades.

Aprovechamos el 28 de abril, día de la memoria de las víctimas de accidentes laborales y enfermedades ocupacionales, para realizar un acto frente a los frigoríficos de la empresa JBS en Forquilhinha y Nova Veneza (Santa Catarina) como forma de recordar la importancia de la NR36 en la disminución de accidentes y lesiones laborales en la industria frigorífica.

Levantamos este debate justamente porque el gobierno y los empresarios pretenden modificar la NR36 y el artículo 253 del Código de Trabajo, que regula las pausas térmicas en el sector.

Lo consideramos un ataque directo de las grandes corporaciones como JBS, Aurora, MARFRIG, Minerva, entre otras, capitaneadas por la Asociación Brasileña de Proteína Animal (ABPA), a los derechos conquistados por la clase obrera.

-¿Qué implicancias tendría esa modificación en el ambiente laboral dentro de los frigoríficos?
-De ser modificados el artículo 253 y la NR36 habrá un retroceso inmenso en la salud y seguridad de los trabajadores y trabajadoras, porque se limitarían las pausas térmicas, a aquellas personas que laboren a menos de 4ºC.

Pero además se vería afectado el ambiente laboral también en lo que respecta a las condiciones ergonómicas por las que tanto luchamos y que fueron fundamentales para reducir accidentes y lesiones laborales.

-Este segmento de la producción es uno de los que más generan accidentes y lesiones, no solo en Brasil…
-En efecto, esta es una realidad mundial. No por acaso están movilizados los 160 mil trabajadores y trabajadoras cárnicos de Alemania.

Este sector se caracteriza por tener un alto índice de lesiones profesionales y accidentes laborales, ya sea por el ritmo impuesto en las líneas de producción como por las bajas temperaturas.

En Brasil el movimiento sindical organizado logró, luego de 15 años de lucha, homologar la NR36, que estableció parámetros ergonómicos mínimos que llegaron a disminuir en hasta un 70 por ciento las lesiones por esfuerzo repetitivo. Antes de su implementación eran una verdadera epidemia.

Si nos quitan ese derecho volveremos a la triste realidad de miles de trabajadores y trabajadoras enfermos o mutilados.

Los consumidores deben conocer nuestra situación

-En este escenario, se vuelve muy importante el desarrollo de acciones conjuntas para frenar estos cambios que claramente serán desfavorables.
-Sí, y ahí es donde el papel de nuestra Internacional UITA es fundamental, no solo por su activa participación en todas las audiencias públicas que se han impulsado para denunciar esta situación en el país, sino sobre todo por la importancia de difundir este ataque a los derechos más básicos de los trabajadores frigoríficos en los países consumidores de la carne brasileña.

El mercado internacional debe saber que las grandes corporaciones y el gobierno federal quieren precarizar aún más las condiciones de trabajo en el sector en plena pandemia, lo que demuestra la avaricia del capitalismo.

En este momento deberíamos estar discutiendo cómo proteger a los trabajadores y trabajadoras para que no se contagien el Covid-19, y no una flexibilización de los derechos laborales que traerá más precariedad y más explotación.

Necesitamos frenar estas modificaciones y que nuestro pedido de auxilio transcienda fronteras.