Desde marzo de este año, el gremio viene luchando por derechos básicos –en medio de la pandemia del Covid-19– tales como un Equipo de Protección Individual (EPI) adecuado y el distanciamiento social en el lugar de trabajo.
“Estamos aquí hoy debido a la intransigencia de estas empresas, especialmente JBS, que no escucha al movimiento sindical y sigue explotando a los trabajadores. La sociedad necesita saber lo que está pasando internamente en los frigoríficos”, dice Nelson Morelli, presidente de la Confederación Democrática Brasileña de Trabajadores de la Industria Alimenticia (CONTAC).
La movilización formó parte de la campaña nacional “La carne más barata del mercado es la del trabajador” y fue organizada por CONTAC en coordinación con la Confederación Nacional de Trabajadores de la Alimentación e Industrias Afines (CNTA) y la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación (UITA).
Juntas, las tres organizaciones convocaron a representantes de trabajadores de cinco estados para conseguir concientizar sobre la grave situación de los trabajadores en el país.
“Además de ser un lugar central, con gran circulación de personas, decidimos hacer el acto aquí porque la mayoría de estas empresas, JBS, BRF, tienen acciones en la Bolsa de Valores. Por lo tanto, queremos llamar la atención de los accionistas sobre este problema que enfrenta el sector”, dijo Artur Bueno Júnior, vicepresidente de CNTA.
Según el informe de la empresa, a principios de agosto JBS obtuvo un beneficio de 3.380 millones de reales (unos 600 millones de dólares) en los últimos tres meses. Esto representó un aumento del 54,8 por ciento, con relación al mismo período del año pasado.
“¿Cómo se explica esto? El último trimestre JBS superó el ingreso incluso de Petrobrás. Por lo que, podría muy bien satisfacer las demandas de los trabajadores”, denunció Morelli.
Entre las principales reivindicaciones están la implementación del distanciamiento en la línea de producción, la creación de un tercer turno para disminuir el número de trabajadores en aglomeración y el cambio diario de las máscaras protectoras, ya que, según los sindicatos, en algunas plantas frigoríficas se ha indicado a los trabajadores que las usen hasta cinco días seguidos.
El sector frigorífico emplea a unas 500 mil personas en Brasil. Según el registro de los sindicatos, alrededor de 125 mil de ellos están actualmente infectados con el coronavirus.
En Rio Grande do Sul, por ejemplo, los trabajadores de este sector representan hasta el 25 por ciento de los infectados en todo el estado.
“Trabajamos en un frigorífico, en ambientes cerrados y a temperaturas por debajo de los 10 grados, lo que facilita la propagación del virus. Las empresas no quieren ceder equipos, incluso después de 6 meses de pandemia. ¡Es absurdo! Esta negligencia solo vino a mostrar nuestra desvalorización”, dijo Daniela Rosa, empleada de la JBS en la ciudad de Forquilinha, estado de Santa Catarina.
Con información de Kaosenlared
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