Las más de dos horas que duró el encuentro fueron muy dinámicas. Desde el comienzo de la presentación de los y las participantes, hasta las tareas propuestas para detectar los tipos de violencia en los lugares de trabajo, la metodología abrió espacio no apenas para el aprendizaje sino para confraternizar y fortalecer la unidad.
Quedó claro que la mayoría de los actos de violencia son producto, muchas veces de la discriminación ya sea por el hecho de ser mujeres o por la orientación sexual de las personas.
La vicepresidenta del Comité Mundial LGBTI de la UITA, Gisele Adao que también forma parte de la directiva del SINTIACR y que ha puesto en la pauta sindical la defensa de los derechos del colectivo LGBTI en su organización, señaló la importancia que desde estos ámbitos se dé visibilidad a los diversos tipos de violencia del cual son víctimas las trabajadoras.
“En nuestro sindicato no hay compañeras dirigentes que estén liberadas para la tarea sindical, entonces ellas tienen que desdoblarse para poder participar de cualquier actividad, inclusive de estas que son online”, dijo Gisele.
La dirigente insistió en que las mujeres trabajadoras que además se suman a los sindicatos, tienen una triple jornada, se ocupan de la casa, de los hijos o de los discapacitados de las familias y trabajan fuera; y si sus propias organizaciones no las respaldan con los fueros correspondientes, la situación no va a mejorar.
“Es necesario que se comience a cambiar desde la estructura sindical porque necesitamos a más mujeres en los espacios de decisión y que estén ahí para incidir en la elaboración de cláusulas que tengan en cuenta las necesidades y los derechos de las mujeres, solamente de esta forma podremos superar las diferencias que persisten”, subrayó.