Este 19 de agosto nuestra organización afiliada el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación de Criciúma y Región (SINTIACR) cumplió 32 años. Sobre los desafíos y conquistas a lo largo de este vasto camino hablamos con Celio Elías, dirigente y fundador del SINTIACR.
“El sindicato comenzó a gestarse en 1988, cuando unos 150 trabajadores y trabajadoras del entonces Frigorífico Sul Catarinense (Frisulca), actualmente Seara JBS, se reunieron en Asamblea y fundaron la Asociación de Trabajadores de la Industria de la Alimentación de Criciúma y Región”, recordó Célio.
“Con la Asamblea Constituyente de 1988 en Brasil pasamos a ser sindicato el 19 de agosto de 1989”.
Entre los logros destacados del SINTIACR, el dirigente menciona la labor realizada en conjunto con CONTAC y UITA para la aprobación de una norma que regulara la actividad en la industria frigorífica.
“Fuimos el primer sindicato en estudiar y reportar el ritmo intenso en las líneas de producción de los frigoríficos avícolas y formamos parte de la elaboración de la NR36, norma sobre salud y seguridad en la industria de faena y procesamiento de carne que llevó una larga e intensa lucha de las organizaciones sindicales del sector”, señala.
De la mano de la Rel UITA, Célio evalúa que el SINTIACR tuvo proyección regional e internacional y que gracias a ello obtuvo conquistas que no se limitaron al terreno salarial, sobre todo en empresas transnacionales que operan en Santa Catarina.
“El SINTIACR busca ir más allá de la lucha por mejores sueldos. Es un sindicato comprometido con su comunidad y busca estar con su gente. Así es que tratamos temas como trabajo migrante, diversidad de género, femicidios y violencia doméstica”, indica.
“Tenemos a una joven dirigente como vicepresidenta del Comité Mundial LGBTI de la UITA, Gisele Adão, que realiza un trabajo constante con la Regional y con las bases sindicales porque además de dirigente es trabajadora de un frigorífico y es un orgullo para nosotros que ella nos represente”.
El SINTIACR cuenta con más de 4.000 afiliados y afiliadas y representa una masa obrera de unas 7.000 personas.
“Consideramos al sindicalismo como un movimiento social que debe ver en el trabajador o la trabajadora un ser humano integral. Por eso no nos basta con mejorar salarios, que dígase de paso son los mejores del sector en la región.
Para nosotros es fundamental involucrarnos con la realidad que viven nuestros afiliados y sus familias”, insistió Célio.