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Virus H5N1 llega a Brasil

Un modelo productivo pandémico

Carlos Amorín

26 | 6 | 2025

Foto: Gerardo Iglesias

En febrero de 2004 Rel UITA publicó un artículo¹ en el cual se alertaba sobre la posible diseminación del virus H5N1 −llamado de “gripe aviar”− en Asia y África, a partir de la confirmación de su presencia en establecimientos avícolas de Vietnam, donde el virus había “saltado” a granjas porcinas, esto es, había traspasado la barrera de las especies hacia los mamíferos.

Pero, además, ya se advertía entonces sobre la importancia de considerar al modelo de producción como uno de los principales factores de riesgo de su propagación: el hacinamiento de miles de aves en enormes galpones mal ventilados, las raciones industriales, la escasa higiene de las instalaciones, la administración sistemática de antibióticos con el agua lo que, finalmente, debilita el sistema inmunológico de los animales, entre otras cosas.

Alertas por doquier

En 2006 Rel UITA publicó otro artículo² haciéndose eco de las alertas difundidas entonces por la OMS, preocupada por la llegada de la gripe aviar a Europa y África. Desgraciadamente, nada dijo la OMS sobre el sistema de producción “modo industrial”, incluso “perfeccionado” en Europa, lo que claramente habría puesto en cuestión el criterio capitalista de priorizar el lucro ante la salud de trabajadores y consumidores.

Comenzaban ya a levantarse algunas voces llamando la atención sobre el pingüe negocio que estaban montando algunos laboratorios que, en ancas del temor crecientemente anunciado sobre la posibilidad de que el H5N1, que ya había causado decenas de muertes humanas en Asia, se convirtiera en una pandemia, se apresuraban a patentar “medicamentos milagro” contra el mal.

Huida hacia adelante

Se sacrificaron millones de aves en todo el mundo, en ciertos países se adoptaron algunas medidas de protección para los trabajadores y trabajadoras, pero se mantuvo invariable el modelo de producción, por lo que la propagación del virus continuó su camino hacia nuevos horizontes.

El 30 de enero de 2023 se publicó en esta página web un completo dossier³ −cuya lectura recomendamos− que remontándose más de cien años atrás describió desde el descubrimiento del virus, el nacimiento y evolución de la cría industrial de aves, hasta el desembarco de los fondos de inversión en la actividad produciendo una agudización extrema de los ya estresantes sistemas de producción.

“Los alimentos pierden calidad cuando su producción es copada por inversores privados que promueven sistemas productivos con base en tasas de retorno fijas, o sea, el lucro a cualquier precio. Lo mismo que ocurre en la industria avícola, que en sus plantas de procesamiento impone ritmos de trabajo inhumanos, está pasando en todo el sector alimentario: las materias primas bajan de calidad, los sistemas de producción y de trabajo provocan lesiones en trabajadores y trabajadoras, y enfermedades en los consumidores”, señalaba el dossier.

Para ese entonces, el virus había llegado a Canadá y Estados Unidos donde se había sacrificado ya 37 millones de aves.

“El actual brote aún no ha registrado casos en América Latina −decía el informe de 2023−, y por lo tanto la demanda internacional presiona sobre los productores de la región para llenar el vacío de aves en los países afectados, lo que seguramente promoverá una arremetida de la industria para acortar aún más los tiempos de producción y someter a ritmos todavía más intensos a trabajadores y trabajadoras.

Se impone, pues, un estado de alerta naranja de las organizaciones sindicales en torno a este tema para que no sean los trabajadores y trabajadoras quienes paguen con su salud el desquicio del sistema productivo de las corporaciones internacionales”, finalizaba.

Sin sorpresas

El pasado 15 de mayo, el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Brasil (MAPA) confirmó la presencia por primera vez en el país del virus H5N1. El brote se encontró en una granja avícola de Rio Grande do Sul, a 300 kilómetros de la frontera con Uruguay. Más de una decena de países suspendieron sus importaciones de pollo desde Brasil, que es, además el principal productor mundial de carne aviar.

La cepa ya está presente en todos los continentes con excepción de Oceanía; se detectó en pingüinos de la Antártida y en camellos de Medio Oriente.

“La enfermedad fue identificada en aves y mamíferos silvestres en los 50 estados de Estados Unidos, y ya no está restringida a las granjas, sino que, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), infectó a más de mil vacas lecheras. Asimismo, se produjeron al menos 70 infecciones humanas y una muerte”, informó la BBC Brasil.

¿A un paso de la pandemia?

Hasta ahora el H5N1 no ha pasado de un ser humano a otros. Todos los contagios se han producido por contacto con animales contaminados. Pero los científicos se preguntan si una mutación que lo haga posible no es simplemente cuestión de tiempo.

“En abril, se registraron 59 brotes en aves de corral, además de 44 en otras aves y mamíferos en América, Asia y Europa, según la Organización Mundial de Sanidad Animal (WOAH). Desde diciembre de 2024, también hubo casos humanos de H5N1 en Estados Unidos, el Reino Unido, India, México, Camboya y Vietnam”, afirma la BBC Brasil.

Este avance inexorable del virus por todo el planeta, y el gran temor que infunde su potencial capacidad de mutación para transformarse en una posible pandemia humana, aún no son suficientes sin embargo para integrar al análisis científico sobre las causas del desarrollo exponencial del H5N1 el modelo industrial y estresante de producción.

Como dice el refrán, no hay más sordo que el que no quiere oír, y los poderosos intereses y enormes capitales implantados en la actividad son lo suficientemente fuertes como para causar una profunda sordera en demasiadas personas.
Los sindicatos del sector deben estar alerta, ya que, en caso de diseminación del virus por todo Brasil y la región, los y las trabajadoras serán los primeros a sufrir las consecuencias.

A pesar de que los mercados se liberaron parcialmente, que algunas exportaciones a destinos secundarios fluyen otra vez, el modelo de producción no fue modificado, ni siquiera corregido, y la posibilidad de una pandemia está en ciernes.