-¿Qué es lo más relevante en estos 45 años de lucha?
-Lo más importante es lo que hemos hecho en favor de los trabajadores y trabajadoras del sector agropecuario de este país.
Hemos buscado que el sindicato se posicione tanto nacional como internacionalmente. Saber que tenemos, por un lado, a más de 35.000 obreros organizados, y por otro, el respaldo pleno de la UITA, nos llena de orgullo como dirigentes sindicales.
Para mí es un honor, en tanto presidente nacional del gremio, que Sintrainagro esté posicionado en muchos ámbitos que abordan la gestión pública. Contar con una convención colectiva que tiene tantos beneficios para los trabajadores y trabajadoras: en vivienda, salud, estabilidad laboral, educación.
En estos años hemos salido de Urabá y del enclave bananero, para organizar el sector de la palma africana, de la caña de azúcar, el arroz.
Hemos logrado salir adelante en condiciones muy difíciles en el pasado, que tú conociste en tantos viajes realizados a Colombia, y ahora estamos luchando en medio de esta pandemia que no da tregua.
-Atrás quedaron aquellos años en que la organización fue blanco de un fuego cruzado, de una violencia atroz.
-Es una historia muy triste, siempre digo que durante años el sindicato se dedicó prácticamente a enterrar a sus muertos. Pero también es cierto que contamos con una solidaridad enorme que nos permitió hacer frente a tanta violencia.
Sintrainagro levantó las banderas de nuestros compañeros y compañeras caídos en la lucha y continuamos adelante siempre para mejorar la situación de miles de trabajadores y sus familias.
-En nombre de la UITA, recibe nuestro sindicalista y solidario abrazo, extensivo a todas las compañeras y compañeros del Sindicato.
-Muchas gracias. La UITA ha sido y será siempre nuestra principal aliada en nuestra lucha.