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El homicidio de Sergio Rojas

Un hombre valiente

Ya no sabían qué inventar los terratenientes para denigrar y desprestigiar al dirigente indígena Sergio Rojas, asesinado la semana pasada, escribe en este testimonio Carmen Brenes Pérez, secretaria general de la Asociación Nacional de Educadores (ANDE) de Costa Rica.

A Sergio Rojas le acusaron muchas veces y nunca le pudieron demostrar nada. El día que le apresaron en Salitre llegaron con más de 50 patrullas y 100 efectivos, sacándolo de su humilde vivienda, y así silenciar al pueblo amedrentándolo.

Lo exhibieron esposado. Le visitamos en la cárcel, y el día de su juicio en Pérez Zeledón fuimos testigos del trato inhumano que dio el fiscal encargado de los casos indígenas a él, a sus familiares y a sus testigos del territorio de Salitre.

Su lucha fue por recuperar lo que les pertenecía. Era un hombre valiente, luchador incansable, en una zona altamente racista.

El 9 de febrero, cuando le visitamos dialogamos largas horas. Me impresionó su testimonio, su amor a su cultura, su tenacidad y perseverancia por mantenerse en la lucha.

Lo último que nos compartió es que un hombre le estaba acusando incluso por acoso sexual. Ya no hallaban qué estrategia baja sacar para expulsarlo del camino.

Sergio era la piedra en el zapato de los terratenientes, de los poderosos.

Hace unos años cuando visitamos Salitre con Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de La Paz, por la defensa de nuestros pueblos originarios, el alcalde de Buenos Aires no le quiso atender.

En esa última gira sentí mucho miedo, un escalofrío recorrió mi cuerpo, y tuve el presentimiento de que Sergio iba a morir. Lo vi tan indefenso, tan vulnerable, tan amenazado, y diez días después efectivamente fue acribillado cobardemente con 15 balazos.

Así querían apagar su voz, su coraje, su luz, su lucha, pero Sergio vive, la lucha continua, Salitre se fortalece con la sangre derramada de su caudillo asesinado.

Voces de todas partes se escucharon sollozando con dolor, impotencia e indignación. Para la historia no será en vano la sangre inocente derramada por su madre tierra. En paz descanse.