La Justicia Federal revocó el fallo de un magistrado local y reintegró a unos 300 indígenas
Cientos de Xakriabá vuelven a sus tierras
El 1 de setiembre la Justicia Federal revocó el fallo de un magistrado local y reintegró a unos 300 indígenas Xakriabá 6.000 hectáreas de un predio del norte del estado de Minas Gerias que estaba en poder de un terrateniente. Pero los Xakriabás luchan todavía por recuperar casi la mitad de sus territorios ancestrales.
El área abarca la finca São Judas, ubicada en el municipio de Itacarambí, en el valle del Peruaçu. En un acto simbólico, los nativos arrancaron una placa a la entrada del predio y colocaron otra en su reemplazo: Tierra Indígena Xakriabá.
Poco después de la decisión, familiares del terrateniente Pedro Luiz Cerize que ocupaban esas tierras amenazaron a los indígenas, pero terminaron acatando el fallo y retirando del predio unas 3.000 cabezas de ganado en unos 20 camiones. De acuerdo a los líderes indígenas, el clima en la ciudad les es hostil.
Los estudios para identificar el territorio Xakriabá comenzaron en 2007, y estuvieron a cargo de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI). Sin embargo, el procedimiento de demarcación se frenó en 2012 tras intervención de la bancada ruralista en el parlamento federal, con la aquiescencia del gobierno federal.
Según el coordinador del Consejo Indigenista Misionero (CIMI) del Este, Antonio Eduardo Cerqueira de Oliveira, la Confederación Nacional de la Agricultura (CNA), que agrupa a los terratenientes, ha incitado a los agricultores a reaccionar con violencia contra los indígenas.
26 años después de una masacre
El 11 de febrero de 1987, tres líderes Xakriabá fueron brutalmente asesinados por ocupantes ilegales de tierras indígenas, los “grileiros”. La masacre tuvo lugar en el pueblo de Sapé, municipio de São João, y las víctimas fueron el vicecacique Rosalino Gomes de Oliveira, de 42 años, y otros dos indígenas: Manuel Fiúza da Silva y José Pereira Santana.
«La sangre de Rosalino abonó la tierra y alimentó la lucha de su pueblo. El áreaXakriabá fue totalmente liberada de ocupantes ilegales. Los asesinos de Rosalino fueron condenados y marcharon a la cárcel», escribió en 2006 Fábio Alves dos Santos, ex misionero del CIMI, abogado y docente.
En 1989, los indígenas lograron que 46.414 de las 100 mil hectáreas que reclamaban como propias en virtud de estudios antropológicos fueran homologadas por el Estado. Más de la mitad de su territorio seguía sin embargo estando en manos ajenas.
Sus intensas movilizaciones les permitieron recuperar el área llamada de Rancharia, en el año 2000, pero deben seguir batallando, sin contar con apoyo del Estado federal.
Recordando a sus líderes asesinados en 1987, hoy proclaman: “prefiero convertirme en abono antes de dejar estas tierras”.
Foto: CIMI