DERECHOS HUMANOS

Paraguay, un país sin justicia

Dirigentes campesinos enjuiciados y presos
sin base alguna
Paraguay, un país sin justicia
marina kue-2-610
Foto: quepasoencuruguaty.org
Ha quedado claramente demostrado que las tierras que invadieron familias de campesinos el 15 de junio de 2012 en Marina Kué, un hecho que derivó en la masacre de 17 personas, eran públicas, lo cual invalida las acciones judiciales emprendidas contra sus dirigentes. Tampoco la fiscalía tiene pruebas de que los campesinos hayan sido los causantes de la muerte de seis policías.
Si las tierras de Marina Kué son fiscales la primera consecuencia es que los campesinos que entraron en ellas en 2012 no cometieron ningún delito contra la propiedad privada.
 
La segunda consecuencia es que ese grupo de campesinos no formó una asociación criminal para delinquir, como se ha apresurado a afirmar el fiscal Jalil Rachid.
 
La tercera consecuencia es que la acusación apresurada y sin pruebas del fiscal por la muerte de seis policías carece de pruebas firmes. Cada día tiene más fuerza la idea de que los verdaderos asesinos fueron una élite policial (de la que hay fuerte sospecha) o de sicarios al servicio de productores sojeros.
 
La cuarta consecuencia tiene que ver con el nombre de una campaña internacional que se está desarrollando en este momento para entregar las tierras de Marina Kué a los familiares de los asesinados en junio de 2012 y a los actuales presos políticos: “Jóvenes sin tierra igual a tierra sin futuro”.
 
Últimamente he escuchado que los hijos del propietario Blas Riquelme intentan hacer en esas tierras un parque y/o entregar algunas de ellas a los campesinos.
 
Es una solución digna de un país donde no existe la justicia.
 
Recordemos que en Marina Kué murieron 17 personas, algunas de ellas campesinos ejecutados estando heridos. Meses después fueron asesinados dos personas que conocían detalles de la masacre, el referente campesino Vidal Vega y el joven Hermenegildo Garcete.
 
La investigación fiscal está plagada de irregularidades. Y los campesinos detenidos por la masacre han debido realizar en un año un par de huelgas de hambre en las que estuvieron al límite de lo soportable por el cuerpo humano para protestar por su injusta situación.
 
Es hora de que la justicia demuestre que existe y actúe. De otro modo se cumplirán las palabras de San Agustín de que “Un país en el que no haya justicia se convierte en una cueva de ladrones”.