DERECHOS HUMANOS

Presagio de lo que seremos

El Padre Meliá ha repetido muchas veces que lo que le sucede ahora a los indígenas, un día le ocurrirá a todo el Paraguay

Presagio de lo que seremos
El Padre Meliá[1] ha repetido muchas veces que lo que le sucede ahora a los indígenas, un día le ocurrirá a todo el Paraguay
A los indígenas, dueños primeros de esta región paraguaya, les han ido quitando sus tierras a lo largo de los siglos. Arrinconados, se vieron obligados a venir a mendigar a Asunción. La Constitución dice sobre ellos todo lo contrario. Pero la in-justicia tiene más fuerza.
A los campesinos, para quienes la tierra es como el agua para el pez, también los obligan a dejarla por falta de mercado o porque los sojeros los fumigan como a vegetales. Cansados, amenazados, acorralados y muchas veces enfermos, venden sus predios a sus victimarios y abandonan los valles.
 
Pero cuando protestan llega una “Marina Kue”[2], donde sicarios de los sojeros o policías a sus órdenes los asesinan o atemorizan con la cárcel.
 
Al Paraguay lo empequeñecieron en el siglo XIX con una guerra genocida. Desde entonces han venido muchos extranjeros a comprar nuestra tierra.
 
En el XXI, con el próximo gobierno de Horacio Manuel Cartes, se teme la privatización de nuestra energía eléctrica. Israel se acerca para llevarse nuestra agua. Estados Unidos ya tiene varias compañías haciendo perforaciones en el Chaco.
 
Y nos preguntamos: ¿por qué todo esto con los indígenas, con los campesinos, con las riquezas del Paraguay?
 
No lo denunciamos por mala onda, por pesimismo o por el gusto de ser profetas de calamidades.
 
Las advertencias del padre Meliá exponen la realidad de los indígenas, y señalan las fuerzas negativas que actúan entre nosotros: una clase rica que cree ser la única que va en la canoa del Paraguay, olvidándose de que la canoa está llena de muchísimos empobrecidos. Y unas autoridades que pertenecen a esa clase o son sus más adictos servidores. 
 
Pongamos todas las excepciones que quieran. Pero por aquí está la causa de nuestros males. Y no lo olviden: cuando protestemos, habrá otros “Marina Kue”, otros Curuguaty.
 

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Foto: ea.com.py