La agenda con JBS tendrá que ser conversada seriamente y a fondo
con la presidenta Dilma
con la presidenta Dilma
Con Siderlei de Olivera
El peor explotador está financiado
por el pueblo
por el pueblo
La agenda con JBS tendrá que ser conversada seriamente y a fondo con la presidenta Dilma
Foto: CONTAC
En el marco de la reciente celebración de los 25 años del Sindicato de Trabajadores en las Industrias de la Alimentación de Criciúma y Región (SINTIACR), de Santa Catarina, afiliado a la CONTAC, La Rel dialogó sobre la situación en JBS con el presidente de la Confederación, Siderlei de Olivera
-¿Cuáles son las novedades en JBS?
-La compañía está avanzando sobre todo el sistema alimentario, ahora también en el sector lácteo.
Recientemente estuvimos reunidos con el abogado que está gestionando la recuperación judicial de Laticínios do Brasil (LBR), la empresa que se hizo cargo de lo que fue Parmalat, porque estamos acompañando la negociación para determinar el valor que pagará la industria interesada en comprar la parte que está a la venta, así como cuál será el compromiso hacia los trabajadores.
Para sorpresa de muchos, entre los oferentes apareció JBS, por supuesto con la peor propuesta para los trabajadores, porque no da ninguna garantía de mantener unidades y puestos de trabajo, pero es la que ofreció más dinero.
-¿Qué perfil mantiene esta transnacional brasileña?
-Está comprando empresas por todo el país, y no quieren dialogar con las Federaciones y mucho menos con la Confederación. Han negociado con cada sindicato por separado, lo que ha resultado en un gran perjuicio para los trabajadores.
Siendo que es el mayor frigorífico del mundo, tiene el peor acuerdo salarial del sector alimentación en Brasil. Y seguramente también tiene la mayor cantidad de lesionados por esfuerzos repetitivos.
Vamos a tener que hacer con esta compañía un trabajo de denuncia nacional e internacional semejante al que realizamos para la aprobación de la NR36, y debemos hacerlo urgentemente, porque esa postura podría extenderse sobre todo el sector de la alimentación a nivel global.
Dinero público, lucro privado
El gobierno tiene el 50 por ciento de las acciones de JBS, y él tendrá que responder también por varios de estos asuntos. La agenda con JBS tendrá que ser conversada seriamente y a fondo con la presidenta Dilma.
El Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) lleva invertidos 700 millones de dólares en JBS, y se trata de un fondo público al que también aportan los trabajadores.
-JBS crece a una velocidad desmedida y muy peligrosa…
-Sí, se empieza a configurar un cuadro similar al de Parmalat: están creciendo tanto, comprando tanta cantidad de empresas que se ha creado un monstruo industrial.
Un tamaño tan descomunal es prácticamente imposible de gestionar adecuadamente, y temo que en poco tiempo comenzará a haber problemas graves con JBS, y no sólo en Brasil sino también a nivel internacional.
-¿Piensas que es una burbuja?
-Sí, porque compran empresas que dejan en manos de los gerentes que tenía la parte vendedora. Ese personal, a su vez, no asume ningún compromiso, porque no sabe cuánto tiempo quedarán aún en sus cargos ya que pueden ser sustituidos en cualquier momento con gerentes de confianza de JBS.
Y todo esto es similar a lo que hizo Parmalat, con el agravante de que JBS maneja dinero público, cosa que no ocurrió con Parmalat.