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Con Célio Alves Elias

Lo más valioso que tenemos es el respeto de los trabajadores

Es presidente del Sindicato de Trabajadores en las Industrias de la Alimentación de Criciúma y Región (SINTIACR). Tiene 52 años y es nacido en Tubarao, a 80 kilómetros de Forquilinha, la ciudad donde tiene su sede el Sindicato. En 1983 llegó allí para trabajar como técnico en electrotecnia, en el mantenimiento de un gran frigorífico. Hoy este frigorífico, como tantos otros, pertenece a JBS Foods, pero desde aquellos años pasó por varias manos, primero regionales y después nacionales como Marfrig y otras. El SINTIACR acaba de cumplir 25 años, y la Rel estuvo allí, dialogando con Célio.
Célio Alves Elias

-¿Cómo era el trabajo en el frigorífico en la época en que llegaste aquí?
-En 1983 se faenaban 14 mil pollos por día, no se exigía ritmo de producción, no conocíamos a nadie lesionado o enfermo por esa razón..

A partir de 1994 se comenzó a exigir una velocidad mínima en la noria, cantidades de muslos desosados, pechugas, alas y todo lo demás. Se establecieron ritmos y productividades mínimas.

Ya en 1999 y 2000 los trabajadores empezaron a quejarse de dolores, y en 2012 comenzamos a saber lo que son las Lesiones por Esfuerzos Repetitivos (LER). Nuestro sindicato, que abarca 27 municipios en la región, integró el tema a su agenda.

-¿Cuántos pollos se faenan ahora?
-Antes de la aprobación de la NR36 llegaron a procesarse 184 mil pollos por día.

La importancia de la NR36 en acción
Más pausas y menos ritmo de trabajo

-¿Están aplicando la NR36?
-Fuimos pioneros en la adopción del sistema de pausas; incluso antes de que se aprobara formalmente la Norma Reguladora ya habíamos logrado que se realizaran cinco pausas de 10 minutos durante cada turno, o sea 5 minutos más por turno de lo que exige la NR hoy. Eso se mantiene hasta ahora.

-¿Cuántos muslos se desosaban por minuto antes y cuántos ahora?
-No tenemos estudios certeros sobre años anteriores, pero eso depende bastante de cada trabajador.

Tenemos antecedentes de personas que llegaron a desosar hasta 11 muslos por minuto, que es el caso de nuestra compañera Valdirene a la cual las LER que esto le provocaron fueron tan graves que perdió su brazo derecho.

En la actualidad estamos en un promedio de 5 muslos por minuto, pero ya hemos prácticamente acordado con la empresa que para antes del fin de este año el ritmo máximo exigible será de 4,3 o cuatro muslos/minuto.

Mi opinión personal es que un trabajador no debería desosar más de 3,5 muslos por minuto, no solo por el ritmo de trabajo, sino también por el ambiente laboral: se trabaja con cuchillo en una materia con mucha grasa y con guantes, lo que protege pero quita precisión y a veces obliga a aplicar mucha fuerza con los dedos.

El Sindicato en la puerta del frigorífico
Y adentro también

¿Cómo controlan que los ritmos sean los pactados?
-No solo controlamos los ritmos, también otros aspectos del ambiente laboral como la temperatura.

Tenemos permanentemente dentro de la fábrica personal designado por el sindicato que mide la velocidad de trabajo y la temperatura.

Esa presencia garantiza que la tarea se cumpla según lo acordado. Por lo menos esto ocurre en esta planta de Forquilinhas. Aquí se llegaba a siete muslos por minuto, y se redujo a cinco; en la noria se colgaban 171 pollos/minuto, y ahora estamos en 166 por la acción del sindicato.

En nuestra experiencia, la clave para la implementación de estos cambios y de la propia NR es la acción fuerte y decidida de los dirigentes de base con el apoyo del sindicato, es lo único que logra prevenir las enfermedades en el frigorífico.

Frío, humedad y encierro
Pausa, respiro y la mirada fuera de la blanca monotonía

-O sea que además del ritmo está la cuestión del frío…
-El ambiente de trabajo en estos frigoríficos no es para todos los seres humanos, porque se trabaja con velocidad, con humedad y grasitud, enclaustrado en un ambiente controlado tanto en la temperatura como en la calidad del aire y la luminosidad.

Estar en ese ambiente algo más de 7 horas por día es muy exigente porque las condiciones son muy duras. Por eso es muy importante la NR, y nosotros luchamos para que el tiempo de pausa sea además un tiempo de calidad, esto es que los trabajadores salgan al aire natural.

En diversos seminarios varios médicos nos han dicho que es necesario respirar oxígeno natural para que el cerebro pueda trabajar normalmente. Por lo tanto, alguien que permanece tantas horas dentro de un ambiente artificial puede tener otros perjuicios que podrían desencadenarle enfermedades físicas o psicológicas..

-¿Han detectado esto en los trabajadores?
-Percibimos que ya hay una incidencia creciente de enfermedades mentales, sin duda.

-¿Hay otras condiciones de trabajo perjudiciales?
-Está el ruido metálico de las norias que es muy fuerte, el ambiente monocromático donde casi todo es blanco, y esto es cuestión de debate, pero yo pienso que el sonido -música- ambiente que coloca la empresa es también perjudicial porque las personas no se comunican entre sí, sino que están allí, paradas o sentadas realizando su tarea de manera completamente aislada.

Las condiciones de trabajo en los frigoríficos aún debe mejorar más, y no solo por la acción de los sindicatos, también por la actividad fiscalizadora del Estado, porque tenemos una demanda muy grande de trabajadores que deben ser amparados por la Previsión Social, lo que representa un costo para todos los brasileros generado por la empresa privada.


Fotos: Lucía Iglesias