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Con Walter Enrique Echeverría Orellana

Algo huele mal en Bremen

Secretario de Conflictos del Sindicato de Trabajadores de Carnes Procesadas (SITRABREMEN), aborda la situación en la empresa donde la organización padece toda clase de hostigamientos.

-¿Cuándo se formó el sindicato y cuál es su situación actual?
-La organización se formó en febrero de 2016 y legalmente quedamos inscriptos en julio del mismo año, pero tuvimos situaciones difíciles.

El dueño de la empresa, Francisco Arredondo, un señor muy pudiente, que tiene otra compañía aquí y es propietario de empresas en El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, ha sido candidato a la presidencia y todo. Parece que lo será nuevamente.

Hace un año, el 1 de septiembre, mataron a mi antecesor en el sindicato, Tomás Francisco Ochoa Salazar. Lo asesinaron a 50 metros de la empresa.

El Ministerio Público actuó de forma eficaz y hay dos detenidos, la encargada de Recursos Humanos de la empresa y un guardaespaldas de Arredondo.

Y a mí me han amenazado por ser dirigente gremial. El encargado de mi área me prohíbe hacer labor sindical dentro de la empresa, y por lo tanto, hemos hecho las denuncias correspondientes ante el Ministerio Público.

-¿Cómo te llegaron las amenazas?
-De forma verbal. El pasado lunes la empresa hizo una contrademanda, y me acusó a mí de haber amenazado a un gerente.

Sin libertad sindical las negociaciones se estancan

-¿Ustedes han tenido contacto directamente con el dueño?
-No han querido negociar con nosotros. Nos convocaron a reuniones, al secretario general del sindicato y a mí, pero no por estos casos sino porque habían bajado las ventas y porque habían matado a dos personas de la empresa, un compañero de ventas y un guardia, y herido a otra.

-¿En qué está la negociación del contrato colectivo?
-Después que mataron a nuestro compañero se abrieron puertas para la negociación, estábamos caminando bien, pero cuando notaron que me estaba metiendo mucho en la labor sindical en la empresa, lo frenaron.

Hace casi tres meses que no nos convocan a negociar por distintas excusas.

La solidaridad internacional como salida

-¿Cuántas personas trabajan en la planta?
-Somos 700 trabajadores, de los cuales 255 están afiliados al sindicato.

Es muy difícil nuestra situación porque Bremen intenta impedir la labor sindical y las autoridades no hacen nada.

-¿Qué apoyo han tenido?
-Tenemos el respaldo de Festras* y de la UITA.

Es un apoyo muy importante para nosotros, porque al dueño le daría vergüenza que a nivel internacional se denuncie que en su empresa están reprimiendo la organización sindical siendo él una figura política en Guatemala.


Foto 1: Stecsa
Foto 2: Gerardo Iglesias

*Federación Sindical de Trabajadores de la Alimentación, Agroindustria y Similares.