“Las cosas se hacen bien o no se hacen”, es una frase que no tiene asidero en América Latina, pues aquí las cosas mal hechas dominan la gestión de la administración pública. Cabe añadir que en muchas circunstancias cruciales las cosas sencillamente no se hacen por la omisión y por la ajenidad de instituciones que por voluntad propia asumen una actitud distante de la gente y de su problemática.
Jordán Rodas Andrade fue electo hace un año como procurador de los Derechos Humanos, comisionado del Congreso de la República para garantizar y supervisar el respeto de los derechos humanos en Guatemala. Desde el vamos quedó claro el calibre de su compromiso.
El domingo 27 de agosto del pasado año, el presidente de la República, Jimmy Morales, ordenó la expulsión inmediata del magistrado colombiano Iván Velásquez, jefe de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).
La Corte de Constitucionalidad impugnó el acto del presidente, avalando el amparo presentado por el procurador.
La semana pasada Rodas Andrade fue noticia cuando presentó un nuevo amparo contra la decisión del Ejecutivo de expulsar al embajador de Suecia, Anders Kompass.
Estos casos dan una idea del ámbito enrarecido y rancio en el que debe moverse el procurador.
Una misión de la Rel-UITA, Festras y Stecsa se reunió con él para, entre otros asuntos, reconocer sus esfuerzos y acciones para que Guatemala deje de ser un país en el que “las cosas se hacen mal” en medio de una terrorífica impunidad.
Fecha: 15 de agosto de 2018
En Guatemala, Gerardo Iglesias
Fotos: PDH