Con Joviel Acevedo
Ni de izquierda ni popular
Gerardo Iglesias
17 | 9 | 2025

Joviel Acevedo | Foto: Gerardo Iglesias
El gobierno quiere tener sus propios movimientos sindical y social, pero “se olvidan” de que en Guatemala hay un movimiento sindical y un movimiento social históricos que vienen desde el tiempo del conflicto armado interno, que estuvieron en el proceso de la paz, en la firma de la paz, en el posconflicto y poscumplimiento de los acuerdos de paz.
─¿Cómo se expresa ese propósito gubernamental?
─Antes que nada te agradecemos tu presencia en Guatemala y especialmente tu visita a nuestro sindicato de trabajadoras y trabajadores de la educación.
Desde 2024 la Rel UITA ha dado seguimiento al problema que tenemos en nuestro país respecto a la violación de la libertad sindical y a la negociación colectiva. Esto no sucede solamente con el Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG), sino también con otros sindicatos tanto del Estado como del sector privado. Hay una campaña en contra del movimiento sindical bien orquestada, bien ordenada por este gobierno que se dice ser de izquierda y popular.
Ellos consideran que deben tener cooptado a los sindicatos para controlar a todo el país, y la única forma en que lo pueden hacer es ahogándonos, coartando nuestros derechos constitucionales y los que están definidos en los convenios 87 y 98 de la OIT. Quieren suprimir el derecho a la negociación colectiva para que los trabajadores se desesperen y se desafilien.
Con anteriores gobiernos de derecha y de extrema derecha tuvimos interlocutores con los que hemos llegado a acuerdos. Claro, con movilizaciones, con huelgas, pero hemos alcanzado acuerdos. En cambio, con este gobierno que se disfraza de izquierda y de popular no hay negociación.
Lo que hicieron fue judicializar la renovación del pacto colectivo. Y las Cortes respondieron negativamente al gobierno y al Estado de Guatemala; sin embargo las autoridades hacen caso omiso de ese fallo.
─¿El gobierno ha reaccionado luego de la reciente misión de la OIT?
─La delegación de la OIT estuvo acá una semana, mantuvo reuniones con diversas instituciones relacionadas con la negociación colectiva y con la libertad sindical, pero también con instancias del Estado que se han empeñado en judicializar los pactos colectivos y los sindicatos en las Cortes.
Llegaron a algunos acuerdos, tuvieron incluso una reunión con el presidente de la República, Bernardo Arévalo, y supuestamente acordaron lo que nosotros estamos esperando: un diálogo social nacional.
Pero no hay respuesta. Queremos que la UITA envíe una nota a la OIT informando sobre el número de casos que llevamos denunciados ante ese organismo, porque el gobierno no ha emitido ninguna conclusión, ni siquiera nos ha llamado para ver si es cierto que se va a continuar la negociación. Y el pacto colectivo duerme el sueño de los justos.
Mientras tanto, después de 57 días de acampada en la Plaza de la Constitución, frente al Palacio Nacional de la Cultura, presionando para la negociación, fuimos violentamente desalojados. Hubo también desalojos violentos en otros departamentos donde golpearon especialmente a las compañeras. La Corte de Constitucionalidad determinó que para negociar era necesario que regresáramos a las aulas.
Pero fue una mentira. Regresamos al trabajo, y ahorita lo que tenemos es más de 4 mil compañeras y compañeros, maestras y maestros, a los cuales les han cortado el salario desde julio hasta ahora. Y otros 2 mil a quienes les han iniciado procesos administrativos de destitución. Es un descalabro el que están haciendo con el sindicato mayoritario de Guatemala.
─Entiendo como algo muy positivo el respaldo que reciben de la Internacional de la Educación, a la que están afiliados. Hay muestras de solidaridad en toda América Latina. ¿Eso ayuda?
─Sí, ayuda bastante porque nos levanta el ánimo. Pero el gobierno hace caso omiso de todas las notas que han enviado. Ellos hacen como que no ha pasado nada, como que no han recibido nada. En el año y medio que lleva gobernando esta administración ha demostrado que es antisindicalista.
Un gobierno que incluso mueve todas sus estructuras en contra de cualquier movimiento sindical o social. Algo así solamente lo vivimos cuando estábamos en pleno conflicto armado interno y posfirma de los acuerdos de paz, cuando el Estado tenía una política de destrucción de todo el tejido social. Eso mismo está haciendo este gobierno. Al no poder cooptar las Cortes ni otras instituciones del Estado, y tampoco a los sindicatos y al movimiento social, lo que hace es intentar destruirnos para construir su propio tejido social.
Pero no nos vamos a dar por vencidos. Ahorita estamos en las Cortes y estamos buscando cómo emplazar no solamente al Ministerio de Educación, sino al Estado de Guatemala porque está probado que tiene las intenciones de destituir a cualquier dirigente sindical y a nuestros afiliados.