Con Luis Aguilar Conlledo
El secretario general del Sindicato de Trabajadores del Crédito Hipotecario Nacional (STCHN) y miembro del Ejecutivo de la Federación de Empleados Bancarios, habló con La Rel de la inesperada deriva del actual gobierno guatemalteco.
Gerardo Iglesias
16 | 7 | 2025

Luis Aguilar Conlledo | Foto: Gerardo Iglesias
−¿Cuál es su evaluación sobre el desempeño del actual gobierno?
−Como muchos guatemaltecos, iniciamos este periodo con esperanza. Pensamos que tendríamos un gobierno aliado del pueblo y del movimiento sindical. Pero lo que nos encontramos con una amarga decepción.
Esta administración ha mostrado una actitud hostil hacia la clase trabajadora, especialmente con sus intentos de socavar los convenios colectivos, impugnándolos ante la Corte de Constitucionalidad.
−¿Puedes dar un ejemplo concreto de esa confrontación?
−Lo que está ocurriendo actualmente con el magisterio es alarmante. A los maestros, que están ejerciendo su derecho a manifestarse, los están reprimiendo con fuerzas antimotines.
Hay múltiples registros en video que lo demuestran. Esta situación no solo pone en riesgo la estabilidad laboral de miles de docentes, sino que también es un claro intento por desarticular al movimiento sindical en su conjunto.
−¿Consideras que lo que hoy ocurre con el Sindicato de Trabajadores de la Educación en Guatemala (STEG) puede replicarse en otros sectores?
−Definitivamente. El sindicato de maestros es el más grande del país. Lo que vemos es un mensaje directo para el resto de las organizaciones, incluidos los nuestros, que también cuentan con pactos colectivos con años de vigencia y derechos adquiridos con mucho esfuerzo.
Si hoy es contra los maestros, mañana puede ser contra el sector salud, y luego contra los sindicatos bancarios. Por eso, nuestra preocupación no es solo sectorial, está dirigida a todo el movimiento sindical.
−Hay una sensación generalizada de frustración entre los trabajadores. ¿La comparten ustedes?
−Sin lugar a dudas. Nosotros apoyamos al presidente Bernardo Arévalo, incluso salimos a las calles a defender su llegada al poder cuando estaba en riesgo.
Irónicamente, hoy vemos que esas mismas manifestaciones legítimas que antes defendía, ahora las manda a reprimir.
Es doloroso ver esa contradicción. No estamos hablando de huelgas ilegales, sino de protestas pacíficas y legítimas, como la de los compañeros maestros, quienes cuentan con toda nuestra solidaridad.
